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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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Procedió a dirigirse al templo rápidamente esperando encontrar a Elizabeth, sin embargo, había olvidado en ese instante que Elizabeth se había ido a buscar a Meliodas, lo cual, no contaba con que lo encontraría allí.
Cuando llegó se asomó levemente y efectivamente ahí estaban, Elizabeth llorando y Meliodas mirando al suelo completamente tenso. Alyssa suspiró y decidió ir hacia ellos.
Meliodas fue el primero en levantar la mirada para ver llegar a la diosa que la veía con preocupación, posteriormente lo hizo Elizabeth quién se lanzó a abrazar a Alyssa.
—De verdad siento tanto que esto sucediera. —La pelinegra correspondió al abrazo de Elizabeth.
—No fue tu culpa, tú siempre nos apoyaste e hiciste lo posible para que no se enterara nadie. —Pronunció entre lágrimas la albina quién se separó de Alyssa— Ven, siéntate con nosotros.
—Me alegra verte aquí —Meliodas intentaba aliviar su tensión— Ludociel es un maldito, Elizabeth me contó que él te estuvo provocando.
—Ah sí, ese maldito egoísta, estoy preparada para cualquier estupidez que se le ocurra hacer. —Expresó con repudio haciendo que Meliodas abrazase levemente a la diosa causándole sorpresa.
"Tonta, la Deidad Suprema ya lo sabe, simplemente le dije que yo me haría cargo"
«Idiota»
—Estaremos preparados, ¿verdad Elizabeth? —La fuerza del abrazo aumentaba.
—S-Sí... —Secó sus lágrimas— Pero, ¿al final cómo lo supo?
—Nerobasta los vió juntos lamentablemente, y ya sabrán el resto.
—Oh, entonces fue un descuido nuestro al parecer. —Comentó Meliodas.
—¿Qué importa si fué un descuido? ustedes no merecen lo que está pasando. —Meliodas y Elizabeth asintieron.
Hubo un corto silencio y Alyssa divagaba en sus pensamientos, en ese instante cayó en cuenta que estaba entre los brazos de Meliodas ¿en qué momento pasó eso? luego cayó en cuenta de algo aún más importante.
«Mael me está esperando»
—¿Sucede algo Alyssa? —Preguntó Meliodas al sentir que la diosa se movió ligeramente.
—Tengo que irme, Mael me está esperando. —Se soltó con delicadeza del rubio— Los veo luego.
—Entiendo, no pasa nada. —Elizabeth le dió una sonrisa, ya se sentía algo mejor.
—Iré contigo. —Meliodas se alistó para irse.
—¿También te vas? —Preguntó la albina.
—Sí, no quiero que te metas más en problemas, ellos saben dónde nos reunimos, es mejor que estés alerta hoy a cualquier cosa y luego veremos dónde reunirnos.
