unα pєrdídα, unα nuєvα guєrrα

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➳016.

—¿Entonces dices que Alyssa al ganar más poder está perdiendo sus recuerdos debido a una maldición? —Preguntó Meliodas cruzado de brazos viendo a su hermano

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—¿Entonces dices que Alyssa al ganar más poder está perdiendo sus recuerdos debido a una maldición? —Preguntó Meliodas cruzado de brazos viendo a su hermano.

—Así es, y mi padre desea que muera antes de que se active por completo.

—No será necesario, como me convertiré en rey demonio romperé su maldición también. —Respondió tranquilamente.

—Me temo que no podrás hacerlo. —Meliodas lo miró confundido— Puedes romper la maldición de Elizabeth porque fue padre quién se la dió, pero la maldición de Alyssa es exclusiva de la Deidad Suprema, dudo que alguien más aparte de ella pueda romperla.

—Nada pierdo con intentar, pero no voy a permitir que Alyssa muera.

—De todas formas, la maldición la matará en un futuro no muy lejano si no se rompe.

—¿Y qué? ¿por eso la vamos a asesinar ahora? me sorprende que apoyes la idea de que tu querida muñeca sea asesinada.

—¡Yo nunca dije que la apoyaba! —Reclamó molesto— Solo entiende la magnitud de la situación, estamos contra la espada y la pared, si Alyssa no muere ahora lo hará después con la resurrección de la Deidad Suprema, y al ser una maldición especial, esta no es igual a la que tienes tu y esa mujer.

—Confiemos en que podré romperla. —Dijo suspirando.

—¿Pero y si no?

—¡No lo sé! ¡no termino de procesarlo todo! —Exclamó con frustración.

—¿Tú crees que yo sí? cuando fui por el mandamiento de Melascula la ví, y me asusté mucho porque pude ver su marca cuando se suponía que solo padre podía verla, por un momento pensé que su maldición se había activado, pero era solo yo, con eso te das una idea de lo tenso que he estado desde que lo sé. —Meliodas se quedó en silencio cabizbajo.

—¿Entonces que hay de cumplirle la promesa que le hice? —Se preguntó a si mismo en voz baja.

Ambos hermanos dieron paso a un angustiante silencio, no era para nada agraciado saber todo lo que estaba sucediendo, llegaron a pensar que todo era mejor cuando eran ignorantes respecto al tema, pero aquel tiempo de reflexión se vió interrumpido por un sonido extraño.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Meliodas alerta.

—Deben ser Chandler o Cusack.

—Pero viene de afuera, eso es raro.

—Iré a ver entonces. —El pelinegro salió de aquel cuarto dispuesto a rondar por el castillo.

A tan solo unos pasos por el castillo, Zeldris se encontró a su intruso en un pasillo, cabello naranja, ojos violetas, una figura completamente joven.

—¿Quién eres tú? ¿cómo lograste entrar? veo que mi mandamiento no te afecta. —Cuestionó Zeldris acercándose a él— ¿Vienes a robar los tesoros de este lugar?

ᴄᴀᴏs ᴅɪᴠɪɴᴏ: εl rεgrεѕo dε υn aмor ғanтaѕмa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora