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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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—Vamos hombre, después de que Gowther casi dijera mi tipo de sangre pues decidí ya mostrame poco a poco. —Le puso su mano en el hombro de Ban y este miró menos desconfiado— Pero bueno, a lo qué vinimos realmente, ¿a dónde van?
—Vamos por Elizabeth al castillo. —Respondió Meliodas amigable.
—Está bien, vamos entonces y dejemos de perder el tiempo. —Volvieron a correr hacia el castillo mientras Amy volaba sobre ellos.
—Ya que te andas mostrando poco a poco "Mimi" ¿cuál es tu nombre real? —Preguntó Ban curioso.
—Espera espera, tú mismo lo dijiste, "poco a poco" no esperes que te diga todo sobre mí de una vez, ten paciencia querido.
—Oh vamos, solo te estoy pidiendo tu nombre no todo sobre tí. —Dijo frustrado.
—Si supieras querido que con solo mi nombre pueden saber todo sobre mí. —Meliodas se sorprendió con esa afirmación sin embargo se mantuvo en silencio.
—Ya claro, tienes mucha fama.
—Aunque suene muy narcisista de mi parte la verdad sí. —Ban rió ante la afirmación.
—Eres tramposa, puedes saber todo de mí pero yo no de tí.
—Todo a su tiempo, confía en mí, tú mismo me dijiste aquel día que lo harías, ¿te retractas? —Ban quedó en silencio por unos segundos.
—Muy bien, esperaré, aunque sigo ofendido. —Amy le dió un pequeño abrazo y siguió volando— Con eso no me compras. —Ella rió y Meliodas aclaró su garganta falsamente, pero fue ignorado. Luego de un tiempo Ban fija su mirada a otra parte planeando ir hacia allá— Capitán, Mimi, iré por una misión personal.
—¿Oh en serio? hubiera querido que fueras con nosotros pero ni modo. —Dijo Meliodas.
—Ay no me digas que te ofendiste de verdad BanBan. —El mismo se acercó y le dió un golpecito en el brazo a la chica haciendo que le reclame.
—No tonta, no bromeo, es algo personal, nos vemos. —El pecado se alejó dejando a Meliodas y Amy en silencio, hasta que la chica decidió hablar.
—Pues ya qué, vamos. —Comentó— Meliodas, estás muy callado, debe ser por el estrés de encontrar a Elizabeth, más bien, agilicemos ¿te parece? —Tomó del brazo al rubio mientras volaba para alentarlo a retomar la carrera sorprendiendolo.
Durante el recorrido notaron que se estaban acercando a una batalla y esto hizo que Meliodas reaccionara.
—Ese tipo, ¿está usando magia oscura con su espada? —Soltó a Meliodas al ver que un chico de cabello naranja iba a ser atacado con llamas oscuras y vuela velozmente hacia este para evitarlo— ¡aliento bendito! —El ataque se dispersó e hizo que el agresor chocara de espaldas contra la pared levantando niebla.
