α pєlєαr pσr nuєstrσ cαpítán

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➳011

—Que decepción, me hubiera gustado enfrentarme a los ocho pecados capitales

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—Que decepción, me hubiera gustado enfrentarme a los ocho pecados capitales. —Comentó Cusack mientras caminaba por los pasillos del castillo junto a su alumno.

—No son un grupo muy sencillo, pueden causarte problemas, con solo saber que Meliodas y Alyssa son miembros ya te dice demasiado.

—Por cierto majestad, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿eso ha afectado su relación con esa diosa? supongo que sí porque es parte del lado enemigo.

—Si te refieres a algún tipo de odio mutuo, no, no es así, simplemente ella está en su bando y yo en el mío.

—Entiendo, he de suponer que es muy apegado a ella.

—¿A qué viene el comentario?

—A que si usted lo considera, yo podría encargarme de la lanza divina para que su corazón no se estruje al hacerlo. —Zeldris se detuvo.

—Cusack.

—¿Sí?

—No voy a discutir el tema de muñeca contigo, ¿de acuerdo? —Pronunció firmemente.

—Si señor.

—Nuestra prioridad ahora es Meliodas, así que concéntrate...

—¡Zeldris! ¡Zeldris! ¿dónde estás? —La voz de Azazel resonando por el castillo interrumpió la conversación.

—¿Quién llama? —Preguntó Cusack.

—Es Azazel, ¡estoy en los pasillos!

—¿El arcángel expulsado? así que aún sigue junto a ustedes. —Los pasos del pelirrojo se escuchaban más cerca hasta que logró encontrarlos.

—Hola Zeldris, oh señor Cusack, no sabía que se encontraba por aquí. —Hizo una reverencia corta.

—Azazel, ¿qué sucede?

—Nada, solo quería saber dónde estabas, Estarossa parece estar mejorando así que aproveché para pasear.

—Por cierto muchas gracias por estar pendiente de él.

—No es nada, somos amigos, ¿no? —Le dió una leve sonrisa dejando un silencio corto.

—¿Entonces es fijo que te irás?

—Sí, de todas formas no te estoy siendo de ayuda, he estado muy neutral en todo esto, y ya sabes, quiero recuperar tiempo con mi hermana, no te molesta, ¿verdad?

—Para nada, lo puedo entender, pero antes de eso, hay algo que tenemos que hablar sobre muñeca.

—¿Eh? está bien. —Sonrió inocentemente.

ᴄᴀᴏs ᴅɪᴠɪɴᴏ: εl rεgrεѕo dε υn aмor ғanтaѕмa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora