mєlíσdαs dєl αmσr

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εsρεcιαl

Muchos me conocen como el dragón de la ira, el caballero sacro más poderoso, el capitán de los ocho pecados, pero la verdad es que no toda mi vida he sido eso, mi verdadera identidad es otra, así que, regresemos unos miles de años atrás

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Muchos me conocen como el dragón de la ira, el caballero sacro más poderoso, el capitán de los ocho pecados, pero la verdad es que no toda mi vida he sido eso, mi verdadera identidad es otra, así que, regresemos unos miles de años atrás.

Se me conoció como Meliodas, el demonio más poderoso y temido incluso por las diosas, el líder de los diez mandamientos, y por supuesto, el sucesor del rey demonio.

Pero también soy hermano mayor, siempre procuré cuidar mucho de Zeldris, sobre todo viendo como padre solo se presentaba para hablar de mí y halagarme de más, lo adoraba lo admito, pero también era tedioso que ignorara a mi hermano.

Creí que la diferencia de trato terminaría cuando padre decidió dividir al demonio original en dos maestros para nosotros, fue interesante ver cómo se peleaban por mí, pero eso significaba que ninguno quería a Zeldris.

Tenía toda la atención de Chandler como la de padre, y por supuesto, la admiración de todo el reino demoniaco, y luego lo entendí, padre me había escogido para ser su sucesor.

Aunque gocé de fama y poder el tema de ser el siguiente rey demonio me daba muy igual, me parecía algo pronto sacar esas conclusiones, además de que no me interesaba en lo más mínimo quedarme quieto en un solo lugar, me encantaba pelear, moverme, asesinar, sobre todo a esa raza asquerosa, la raza divina.

Pero ví que a Zeldris si le interesaba el trono, así que no estaba de más ayudarlo a hacerse notar, y de cierta manera lo logró, ya tenía fama en el reino demoniaco como un hombre habilidoso con la espada y en general, y como no serlo, si es mi hermano.

Llegó el día en que mi padre tuvo la idea de crear una nueva orden dividiendo su poder en diez partes, los diez mandamientos, él mismo fue a buscar a los mejores diez guerreros en persona, y por supuesto, me dejó de líder, sin embargo, me mostré descontento al ver que Zeldris no estaba, y no dudé en hacerlo notar.

—Entonces, ¿dices que Zeldris no va a estar pero si vas a permitir al arrogante de Bellion? —Cuestioné.

—Es un demonio con potencial. —Me respondió.

—Pero que tontería, Zeldris lo supera por mucho, cualquiera lo supera por mucho, ese estúpido solo sabe presumir las habilidades que no tiene. —Espeté— Si voy a ser el líder de esta orden, quiero a Bellion lejos de la misma, ¿te parece?

—De acuerdo, tomaré en cuenta tu sugerencia, después de todo tienes voz y voto absoluto en cuanto a los diez mandamientos. —Sonreí satisfecho.

Si yo no iba a tener a Zeldris en mi orden, padre no tendría a Bellion, sin embargo, un tiempo después se me ocurrió una gran idea, deshacerme de uno de los mandamientos para que mi hermano entrara.

ᴄᴀᴏs ᴅɪᴠɪɴᴏ: εl rεgrεѕo dε υn aмor ғanтaѕмa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora