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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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—¡Lisa! —Llamó Azazel, cerrando la puerta de la taberna tras él. Meliodas y Ban observaban algo curiosos la escena a pesar de estar bebiendo.
Alyssa se giró levemente sorprendida, y su hermano notó su postura de querer irse del lugar.
—Me da una sensación de nostalgia verte con el cabello negro nuevamente, Merlín fue muy amable en arreglarnos. —Comentó Alyssa con una leve sonrisa.
—Entonces... ¿Si me lo dejo crecer como antes rejuveneceré? —Preguntó con un tono divertido, haciendo que la diosa riera, luego la observó detenidamente— ¿A dónde ibas hermana?
La pelinegra regresó su mirada al frente, observando el panorama con una mirada nostálgica.
—Solo... Quería pasear un poco... —Pronunció con voz baja, suspirando un poco.
Azazel se acercó más a su hermana y colocó una mano en su hombro.
—Hermana, has estado extraña desde que terminó la batalla, ¿Qué sucedió? —La pregunta causó escalofríos en Alyssa, pensando en como expresar su sentir.
—Azazel, ¿Qué harías si tu vida es una mentira? —Preguntó con seguridad, desconcertando un poco al pelinegro— Alyssa, la cabo lanza divina, considerada la diosa capaz de igualar a los arcángeles, así es como la Britania de hace 3.000 años me ubicaba, pero, ¿Realmente fue así?
Azazel la observó levemente sorprendido, y suspiró un poco.
—¿Por qué lo dudas Lisa? Creo que está más que demostrado que es así, eres una diosa muy fuerte. —Respondió inocentemente.
—Pero también fui conocida solo por ser la hermana del en ese entonces líder de los arcángeles, luego una privilegiada, la que le arrebató el lugar de lanza divina a Jelamet, la justiciera y no precisamente por admiración, al no seguir lo que se establecía, asesinar a todos los demonios existentes sin importar si atacaban o no, y por alguna razón, la Deidad Suprema nunca me reclamó por ello.
Ban miró a Meliodas con extrañeza al escuchar las palabras de Alyssa.
—¿Jelamet? —Cuestionó Ban.
—¿Recuerdas cuando tuvimos que intervenir en Istar por la reina troll? Estaba poseída por Jelamet, una diosa que era antigua amiga de Elizabeth y Alyssa, y en su momento ella fue una candidata a ser lanza divina antes de que Alyssa fuera seleccionada, pero ya no recuerdo mucho del por qué fue descartada. —Contó Meliodas observando a los hermanos— Desde ese entonces Jelamet comenzó a distanciarse de ambas, de Alyssa por ser lanza divina y ser cercana a Mael, y de Elizabeth por estar conmigo.
Ban se sorprendió al escuchar la explicación del rubio, regresando su mirada a los hermanos y pensativo al respecto.
—Lisa, era evidente que las diosas te tendrían envidia, pero la Deidad Suprema te escogió a ti porque destacabas, no entiendo por qué dudas de ti misma. —Comentó Azazel algo confundido.