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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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Después del terrible ataque de Galand todos fueron refugiados en el castillo de Camelot, Arturo y Elizabeth estuvieron pendientes de la recuperación de todos.
—Estoy seguro de que Merlín está decepcionada de mí. —Dijo Arturo entre lágrimas viendo el cuerpo petrificado de la maga, en ese instante, Meliodas y Elizabeth llegaron.
—Entonces tendríamos que escucharlo de la propia Merlín. —Dijo Meliodas mientras se apoyaba en Elizabeth.
—Sir Meliodas, ¿tus heridas pudieron sanar? —Preguntó preocupado el joven.
—No, no del todo. —Respondió y comenzó a tocar un pecho de Elizabeth causando que Arturo se sonrojara por la incomodidad— Oye, ¿qué sucedió majestad? no me imagino a Galand escapando sin acabar con nosotros.
—Solo manipule un poco sus memorias. - Respondió Gowther —Le hice creer que había acabado con ustedes.
—Aún así casi lo hizo, sobre todo con lady Amy, a pesar de no estar en condiciones para pelear después de Liones aún así lo hizo... —Comentó Slader y Meliodas se alteró.
—¿Qué? ¿qué sucedió con Amy? ¿dónde está? —Preguntó tenso.
—Después de que ese demonio te dejara inconsciente mi maestra se lanzó a batallar con él, lo estaba dominando e incluso lo llegó a herir, pero no fue suficiente. —Contó Arturo.
—¿Qué pasó después? —Trató de calmarse.
—La señorita Amy comenzó a toser como la otra vez y ese monstruo no perdió la oportunidad y la atravesó con su hacha en el vientre, la técnica que ella usó no tenía la suficiente fuerza para acabarlo. —Terminó de contar Elizabeth.
—Creo que sí no fuera por Gowther, la habría matado junto a todos. - Comentó el rey y Meliodas comenzaba a sentirse aún más irritado.
—¿Dónde está?
—Ella estaba en el cuarto de al lado. —Justo cuando Elizabeth le contó Amy apareció.
—Hola a todos, que alivio verlos. —Saludó apagada, ya no le quedaba energía y tenía su mano en su vientre.
—¡Amy! —Meliodas corrió hacia ella— ¿Estás bien? ¿que te hizo ese maldito? —La examinó.
—Meliodas, te recuperaste rápidamente —Lo observó detenidamente— Tranquilo, ya no estoy tan grave, pero eso sí, ya no tengo nada de energía, apenas puedo sostenerme.
—Lady Amy, siéntese aquí por favor. —Ofreció Slader y con ayuda de Meliodas se sentó a su lado.
—Gracias Slader, veo que ya estás mejor.
—Por suerte, estoy recuperando el tacto.
—Lamento mucho no haberte curado rápido, bajé la guardia y ese estúpido nos atacó por sorpresa. —Bajó la mirada entristecida.
