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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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-¡Maestra! no... -Arturo se asustó completamente al ver a la pelinegra inconsciente en los brazos del mandamiento.
-¡Bastardo! ¿qué le hizo ese maldito a lady Alyssa? -Exclamó Gilthunder con furia.
-¿Por qué ella cedió tanto ante él? no lo entiendo... -Dijo Ban en silencio, estaba impactado.
-¡Ay no! ¡no quiero que le pase algo malo a la señorita diosa! -Exclamó Diana aterrada.
Estarossa fue hacia Meliodas y regresó la esfera a dónde estaba su hermano antes, intentó destruirla pero esta deshacía cualquier ataque oscuro.
-Vaya, tienes suerte Meliodas. -Comentó Estarossa, Meliodas estaba inquieto viendo a Alyssa inconsciente en los brazos de su hermano.
-No por mucho, al estar esa mujer inconsciente no tardará en desaparecer el poder mágico de esa esfera. -Aclaró Monspeet.
-Aunque no logró hacer que Meliodas escapara realmente logró preocuparnos, si que es una mujer peligrosa. -Comentó Derieri.
-Por fin, cuánto sentimentalismo para evitar que interfiriera con el plan, ¿era necesario Zeldris? -Preguntó Melascula mirando molesta a la diosa.
-¿Siempre dices lo que piensas sin que nadie te lo pida? no tengo que darte explicaciones de lo que hago, déjame en paz. -Miró con furia a la demonio.
-Melascula ya basta, Zeldris verá lo que hace. -Le dijo Derieri.
-¿Cómo pueden estar tan tranquilos? esa mujer en cualquier momento nos puede matar ¿y él que hará? ¿aplaudirle?
-Su aprecio a la lanza divina no es algo reciente y lo sabes pero actúas como si lo fuera, a nosotros solo nos interesa Meliodas, ella es completamente irrelevante para nosotros y por eso no nos importa si Zeldris la protege. -Melascula quedó en silencio ante las palabras de Monspeet.
-Hermano... ¿q-que le hiciste...? -Preguntó débilmente con un deseo de ir hacia ellos.
-Solo está dormida, no podía permitir que se desgastara por salvarte a tí, ella es la persona que menos debería hacerlo. -Contestó fríamente para luego dar una mirada al rostro inconsciente de Alyssa.
Muchas cosas pasaban por la mente de Meliodas, todo este tiempo se obligó a si mismo a creer que Alyssa no lo odiaba para no aceptar su error, incluso llegó a pensar que así era al llevarse mejor con ella después de su integración a los pecados, sin embargo, aquella amistad terminó cuando ella regresó a ser Alyssa.
Él no solo estaba herido físicamente, engañarse a si mismo le salió caro, entendiendo a las malas que de nada servía fingir que ella no lo odiaba, pues al ver que Alyssa fue a intentar salvarlo por petición de los demás y no por mérito propio ya decía suficiente.
