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«Mi caída será por ti, pero mi amor estará contigo»
Han pasado tres mil años desde que la guerra finalizó, aquella guerra que deseé que no hubiera existido, tal vez las cosas hubieran sido diferentes, ¿o tal vez no?
Soy Alyssa...
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Amy se encontraba sentada en una roca observando el cielo mientras nadaba en sus pensamientos, el viento hacía ondear su cabello pero ella solo soltó un suspiro.
Estoy empezando a dejar la discreción de lado, cada vez muestro más de mí, levantando el agua de la fuente, intentando curar a Verónica, liberando a Meliodas del ámbar, pero, aún no es momento para salir de este cuerpo. —Se levantó y se estiró levemente para bajarse de la roca— Me pregunto si él ya presiente quién soy, después de semejante estupidez que me hizo en el festival además de mis imprudentes palabras hacia él, aunque... si lo presientiera, ¿qué con eso? solo le importa Elizabeth, aunque puedo notar que gracias a ese idiota el sello no se ha roto, él tiene la última pieza, pero... —Quedó congelada recordando que Meliodas no tiene su empuñadura— Maldita sea, la robaron, eso significa que... no...
Por otra parte, Meliodas se encontraba igual de pensativo mientras jugaba con una rama.
Se llevaron mi empuñadura, eso definitivamente me da a entender que la guerra no ha acabado, viene algo muy grande con eso, pero... —El rostro de Amy se hizo presente en sus pensamientos— con ella estaremos bien, y hay algo que me dice que es ella, esa diosa, mi diosa, ella ha de ser una pieza clave y eso me emociona tanto. —Levantó la rama y la bajó bruscamente haciendo que el piso se dividiera en dos asustando a los demás.
—Capitán... —Dijo Diana impresionada.
Cuando las estrellas fugaces se crucen, Britannia atravesará su momento más oscuro. —Dijeron Amy y Meliodas al tiempo.
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Guila y Jericho se encontraban caminando en los pasillos ambas compartiendo sus experiencias de la batalla.
—Guila, ¿no que íbamos a entrenar?
—No, hoy disfrutaré mi día libre, considera el día exhausto que tuvimos. —Respondió sonriendo.
