2/10 📨 Amor entre cartas 📨

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Otro día había llegado. El frío parece que se había duplicado, ya la nieve cubría las calles, tres días mas y los habitantes de aquella ciudad le darian la bienvenida a Diciembre. Daniela, caminaba con tranquilidad por las nevadas aceras, viendo y sintiendo como sus zapatos se enteraban en la nieve con cada paso que daba. Sus manos estaban metidas en los bolsillos de su abrigo negro, buscando algo de calor, su cabeza era cubierta por un gorro, su cuello era rodeado por una bufanda y parte de su cara estaba cubierta con ella. Sus ojos entrecerrados tratando de acostumbrarse al helado clima. Niños corrían y jugaban con la nieve. Parejas paseaban por los parques, familias patinaban en los estanques congelados. El espíritu navideño empezaba a llenar la ciudad. Los hogares y tiendas empezaban a ser adornados, las calles iluminadas y ya en algunas casas se oían a los niños practicar los villancicos.

Calle llego a la cafetería, una sonrisa se dibujo en su rostro cuando en la puerta de cristal se leía, en un cartel luminoso, las palabras "Felices Fiestas". El portero abrió la puerta y Calle tuvo que hacerse a un lado cuando vio a una chica peli-azul salir de la cafetería cargando en sus brazos tres grandes cajas.

— ¿Son las ultimas? — cuestionó el portero mirando a la chica —

— No, me faltan cuatro, dejo estas en el auto y voy por el resto. — contesto con una sonrisa, aunque el hombre no pudiera verla.

— ¿Quieres que te ayude? — se ofreció la castaña al ver que esas tres cajas le doblaban el tamaño a esa pobre chica.

La peli-azul dio un pequeño salto del susto, aparentemente no se había dado cuenta cuando de que cierta castaña estaba a su lado.

— Lo siento, no pretendía asustarte — se disculpó, Daniela, tomando entre sus manos una de las cajas que la otra cargaba. —. Creó que te viene bien algo de ayuda.

Cuando bajo la caja, se encontro con un par de ojos verdes y una sonrisa que flanqueo un poco, pero al final se mantuvo.

— Gracias. Aunque no deberías preocuparte, vienes seguro a desayunar, no tienes porque ayudarme. — comento la peli-azul, con la mirada fija en aquellos ojos avellana. Parecía estar en un trance.

— Me gusta ayudar, ¿a donde las llevas? — pregunto con una sonrisa amable.

— Mi auto, sígueme, por favor. — Calle asintió y acompañó a la chica hasta cruzar la calle, donde una camioneta, blanca como la nieve la esperaba. Aparentemente ya había metido unas cuantas cajas en la parte de atrás. Siete para ser exactos.

— Veo que vas llena — comento, Daniela. La peli-azul sonrío dando un asentimiento  mientras subía y acomodaba las cajas. —, ¿puedo preguntar que hay en las cajas? — cuestionó cuando la chica le quito la que llevaba para subirla a la camioneta.

— Mira — dijo mientras abría la caja que acababa de colocar, revelando pequeñas tazas con comida —. Es mi buena acción antes de navidad. Para que santa me traiga un regalo. — dicho esto volvió a cerrar la caja mientras le guiñaba el ojo a Calle. Ella solo sonrío divertida

— Dijiste que te faltaban cuatro cajas, vamos, te ayudo. — La peli-azul la miro durante unos segundos antes de contestar.

— Deberías ir a desayunar, te estoy robando tú tiempo. Seguro vienes a ver a alguien. — Calle no pudo evitar pensar en las posibilidades de encontrar otro sobre y una sonrisa se formó en sus labios.

— Nadie me espera. Vamos, no te hagas de rogar.

Poche asintió resignada y ambas cruzaron nuevamente la calle. Daniela no puedo evitar dirigir su mirada a la mesa que ayer ocupaba, estaba vacía, aunque sus ojos se enfocaron en un sobre que había en el asiento. Por suerte la cafetería estaba vacía y nadie ocupaba la mesa. Ambas se acercaron al mostrador, donde uno de los cocineros esperaban con las cuatro cajas.

One Shots || Cache || 2do Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora