3/10 🐺 Ella o tú especie 🐺

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Su pié presionaba con insistencia el acelerador, su preocupación iba en aumento con cada kilómetro que pasaba y su miedo era descomunal en ese momento. Había cometido un error, un error que no sabía si le costaría la vida de su familia o la de ella. No tenía forma de comunicarse con Juli o con sus padres y eso la estresaba aun más, tenia que confiar en que todo estaría bien.

—¡Joder! —exclamó golpeando con fuerza el volante sin despegar su mirada del camino —¿Por qué tenía que ser una humana?

Con un suspiro pesado se desvío de su camino inicial, pensaba ir a la ciudad y tal vez buscar a María José, pero necesitaba pensar y sabía que tenerla cerca sería sumarle distracción al asunto. El auto daba pequeños saltos gracias al empedrado camino del bosque, las ramas de los árboles hacían pequeñas rayas en el vidrio y las posibilidades de pinchar una llanta eran muchas.

Luego de un par de minutos conduciendo llego a la pequeña casa que su padre le había dado a ella para pasar las noches de luna roja o las olas de calor. A unos cuantos kilómetros estaba la que le pertenecía a Juliana. Estacionó el auto frente a la casa y lo apago. Abrió la puerta y bajo del vehículo para posteriormente entrar a la casa.

Encendió las luces y con pereza camino al sofa mas cercano dejándose caer de espaldas sobre el. Coloco uno de sus brazos sobre su cara tapando sus ojos. Su mente corría a mil por hora, se empezaba a sentir cansada.

—¿Que diablos haré ahora? —se preguntó a si misma antes de que sus oídos captaran a lo lejos en sonido de alguien acercándose a toda velocidad.

Con velocidad se levantó y corrió a su habitación, abrió la puerta y rápidamente sacó de su mesa de noche el arma que guardaba por seguridad, la cual siempre permanecía cargada con treinta y dos balas de plata, si bien era un mito que a un sangre de lobo solo lo matabas con plata esas eran las municiones que su padre le había dado. Guardo el arma entre su cuerpo y su pantalón y la cubrió con su camiseta. A pasos rápidos se acerco a la ventana la abrió y salto por ella cayendo de pie en el suelo.

El sonido de las pisadas se había hecho lento pero se acercaban cada vez más. Siguiendo el sonido de la dirección en la que venían se posicionó frente a la puerta de la pequeña casa, por el aroma que su nariz captaba solamente era una persona y era la persona que menos quería ver en el mundo.

—¿Que quieres, Sandino? —preguntó con molestia cuando el chico salio de entre los árboles. Él sonreía con calma y malicia.

—Se tú pequeño secreto. —canturreo el chico antes de reír con una inocencia que hizo estremecer a la castaña.

—¿De que hablas? —cuestionó Daniela fingiendo demencia.

—Tú llevaste a la humana a la manada —contesto. Daniela tuvo que hacerse de piedra para que su expresión no flaqueara —. Desdé aquí puedo oler su aroma y no trates de ocultarlo.

—¿Que quieres? —inquirió tranquilamente llevando disimuladamente su mano hacía el arma en su espalda. El chico río negando con la cabeza.

—No quieras dispararme Danielita. —le advirtió sacando una foto de su bolsillo en la que claramente se mostraba a María José con su padre y otra chica muy parecida a ella pero mas pequeña.

—¿Como diste con...

—El clan de vampiros del norte me dio nuevas habilidades de rastreo.

—¿Vampiros? Esa raza se extinguió hace años, es imposible que aun exista un ejemplar. —dijo la castaña con cierto temor, si era verdad que los vampiros seguían con vida todo se complicaría aun más y si Sandino sabía de la existencia de Poché eso la ponía en peligro también a ella.

—Estamos creciendo en el clan —argumento él haciendo que sus ojos se tornaran rojos. Calle lo miro impresionada, era imposible —. Ahora soy un híbrido.

—Traicionaste a tú especie. —El chico sonrío divertido.

—Tú también Danielita. Es ella o tú especie.

—Los sangre de lobo te han protegido siempre y los traicionas.

—Ellos solamente se han aprovechado de mí y mis habilidades de cazador...ahora voy a cobrar lo que me deben.

—Entonces, sí tus problemas son con la manada ¿por qué vienes a amenazarme con lo de la chica? —cuestionó Daniela sin entender.

—Tú padre sera sucesor a lider de la manada y no lo permitiré —contesto seriamente — y ¿Que mejor que evitarlo dañando a una de sus hijas? Además no hay nada mas doloroso que perder a tu H.R ¿verdad?

—¿Que? —Daniela lo miro con cierto temor.

—Se que es tu hilo rojo.

—No te atrevas a tocarla. —sentenció sintiendo como el miedo y el enojo la recorrían. Si se transformaba en ese estado sería peligroso para ella.

Un grito desgarrador se escucho a lo lejos en las profundidades del bosque alertando a Daniela, reconocería esa voz en cualquier parte. Era María José. Su mirada se fijo en Sandino, quien sonreía con malicia.

—Ups, creo que es tarde. —Y antes de que Daniela pudiera sacar el arma y disparar él ya había desaparecido.

—Poché esta en peligro.



One Shots || Cache || 2do Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora