3/10 Sabes que no es un error

441 49 1
                                    

La mente de María José corría a casi mil por segundo mientras terminaba de empacar sus cosas, el silencio de su habitación le abrumaba como nunca antes, siempre le había guastado el silencio, pero esta vez parecía ser diferente y todo gracias a que su cabeza repetía una y otra vez aquel recuerdo que aceleraba su corazón, aquella escena que marcó un antes y un después en su viva, un suceso que sabía que ya la había condenado de manera permanente a caer perdidamente enamorada de ella. 

Flash Back

—Creo que tendremos que esperar a que llegue por nosotras. —comento Poché bajando con algo de fuerza la cubierta de delante del coche escondiendo nuevamente el motor. Daniela miraba a todos lados algo asustada, eran las once de la noche cuando ambas se encontraban volviendo luego de un pequeño viaje a las afueras de la ciudad para buscar el regalo de Valentina puesto que ya se acercaba su cumpleaños, el auto había hecho un leve sonido extraño para posteriormente apagarse de la nada.

—Mi padre dijo que vendría por nosotras, pero tendremos que esperar una media hora más o menos. —argumento Daniela con un leve temblor en su voz. Poché podía pensar que era por el frio que hacía, pero sabía que la castaña se encontraba asustada por la situación.

—Bueno, entremos al auto y esperemos, tampoco es buena idea que nos quedemos aquí afuera.

Ambas entraron al auto por los asientos traseros cerrando todas las puertas del auto con seguro, agradecían que los vidrios del auto no permitieran la visibilidad de afuera hacia adentro, pero sí de adentro hacia afuera, así podrían mantener vigilados sus alrededores.

—¿Qué fue lo que le paso? —pregunto Daniela luego de unos minutos en silencio. Poche giro su cabeza para verla con confusión — Al auto, ¿por qué se apagó? Recién lo traen del taller ¿no? —Poché asintió encogiéndose de hombros con una sonrisa divertida plasmada en su rostro.

—No verifique que estuviera lleno el tanque de gasolina —confeso apena la chica de ojos verdes. Calle frunció el ceño ante sus palabras—. Perdón por no hacerlo, me confié en que dejarían el tanque lleno, siempre lo hacen, tal vez se los olvido en esta ocasión.

Calle suavizo sus facciones para mirarla ahora con diversión y cariño. Sin preguntar solamente se acercó más a María José dejando caer su cabeza sobre el hombro de esta quien se sorprendió ante su acción, sin embargo, recostó su cabeza sobre la de esta.

—Solo tenemos que esperar —dijo la castaña comenzando a jugar con los dedos de la mano derecha de la chica a su lado —, no es el fin del mundo tampoco.

El lugar quedo en total silencio, pero lejos de ser un silencio incomodo resulto ser uno bastante agradable para ambas, si bien llevan apenas unos días tratándose, desde que se conocieron en aquel parque, no podían negar que algo mas había crecido entre ambas, algo más que una típica amistad entre dos chicas, ninguna de las dos podía negar que desde hacía un par de días habían comenzado a tratarse de forma diferente, ahora eran más atentas la una con la otra, más cariñosas, más expresivas y detallista y era más que evidente la creciente atracción que existía entre las dos a pesar de la diferencia de edad.

—¿Crees que a Vale le guste el regalo? —pregunto Poché en un susurro suficientemente alto para que ambas escucharan, no hacía falta hablar tan fuerte, estaban lo suficientemente cerca para escucharse.

—La conoces desde que nació, tu deberías saberlo. —contesto con burla la castaña logran una risita en la mayor.

—Bueno, tienes razón.

Antes de que la castaña pudiera decir algo más un fuerte estruendo hizo que ambas se sobresaltaran, pareció haber sido un disparo aquello que escucharon. Daniela se abrazó fuertemente a la chica de ojos verdes quien solamente se limitaba a mirar por las ventas en busca de cualquier moviente extraño a pesar de que ella misma se estaba muriendo de miedo por dentro, pero sabía que si lo demostraba la chica a su lado iba a desesperarse más y no pretendía eso.  

—¿Y si voy a ver quién es? —pregunto María José sin despegar su mirada de las ventanas.

—¡¿Te volviste loca?! —exclamo Daniela en un susurro alejándose un poco para mirarla totalmente alterada. Poché giro su cabeza para mirar a los ojos — No sabemos que fue eso, no sabemos que lo causo, puede ser peligroso ¡¿no has visto películas de terror?! El que sale ir a ver es el primero en morir.

—Exageras —dijo sol tanto una risa divertida —, no estamos en una película, tal vez no fue nada, quizás es otro auto, puede que se le haya espichado la llanta.

—No exagero —le reprocho indignada —, solamente me preocupo por tu seguridad ¿Qué tal que tengas razón y se un auto al que se le espicho la llanta, que me garantiza que no sea un asesino en serie quien maneje ese auto?

—Calle… —susurro María José mirando hacia la ventana detrás de la castaña con una expresión de terror total — ¡Ahí está el asesino! —exclamo aterrada logrando que Daniela se gira gritando histérica esperando ver a su posible atacante guardando silencio al no ver a nadie. Poché estallo en carcajadas al ver la reacción de la castaña.

—¡¿Esta pendeja?! —le grito dándoles un fuerte golpe en el hombro, sin embargo, eso no freno las risas de la chica de ojos verdes — ¡¿Cómo se te ocurre asustarme así?!

—¡Debiste ver tu cara! —exclamo aun entre risas mientras se sujetaba el estómago. Calle la fulminaba con la mirada.

—Te odio. —dijo la castaña enojada logrando que las risas de la mayor se detuvieran de golpe.

—Sabes que eso no es cierto.

—Me caes mal.

—Sabes que me quieres.

—No, ya no.

—¿No? —cuestiono Poché sonriendo traviesamente.

—No. —contesto la castaña.

En ese momento una tensión rara apareció en el lugar. Ambas se miraban desafiantes y sin poder evitarlos las miradas de ambas cayeron en los labios de la otra, no era la primera vez que eso ocurría, pero ahora nadie podía interrumpir que aquello sucediera.

—Eso significa que si me atrevo a hacer lo que quiero me alejarías de inmediato.

—¿Y qué quieres hacer? —cuestiono Daniela.

—Ya verás.

Sin más María José se inclinó hacia ella conectando sus labios con los de Daniela en un beso, uno sin movimientos, simplemente sintiéndose, notando lo bien que encajaban.

Fin del Flash Back.

Con un suspiro pesado Poché salió de sus pensamientos cerrando sus ojos con fuerza, sabía que no tenía escapatoria, por más que quisiera no podría alejar a Daniela, la amaba, pero tenía que aclararse, sabía que si se permitiría la oportunidad de estar con ella debía dejar de lado sus miedos.

One Shots || Cache || 2do Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora