One Shots || Cache || 2do Libro.

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Dos meses después.

¿Como era posible que todo iba perfecto y ahora todo parecía haberse ido a la mierda?

Seguro se preguntarán.

¿Que había pasado?

Bueno eso puede explicarse.

Flash Back

—Viernes pasado. —

—Hola, ¿como estas? —saludo Daniela apenas vio a su alumna al otro lado de la puerta.

—Hola, yo bien ¿y tú? —pregunto mientras pasaba a la casa.

—Bien, toma asiento, voy por los libros.

La rutina se repetía todos los viernes, ella llegaba, tomaba asiento, Calle buscaba los libros e iniciaban la lección, al terminar ella se iba y se veían luego en clases.

Nada tenia que cambiar ¿verdad?

—¿Practicaste lo que te deje? —cuestionó Daniela llegando nuevamente a la sala con los libros en sus manos. Poche ya había sacado sus cosas.

—Sí, creo que estoy mejorando y todo gracias a ti. —contesto cuando la castaña se sento a su lado.

—Todo lo has logrado por tu cuenta, Poché, eres muy aplicada. —le sonrió con cariño.

—Igual, si tu no hubieras decidido ayudarme, tal vez yo seguiría igual.

—Es un 50/50, yo te he ayudado y tu te has dejado ayudar, es un trabajo de dos.

Se sonrieron suavemente. Sin poder evitarlo, sus miradas se encontraron. Sus corazones parecían latir en sincronía.

Desde hace un tiempo una sensación extraña empezaba a crearse en ellas, una sensación cálida y reconfortante. Ninguna sabía que era aquel sentimiento que las hacía sentir tan bien y ninguna podía detenerlo.

—Deberíamos empezar. —comentó Calle interrumpiendo el momento cuando noto que la mirada de su alumna baja directo a sus labios.

—Sí, en mi cuaderno estan los ejercicios que me dejaste. —murmuró algo desorientada.

Daniela se inclinó hacia adelante tomando la libreta y un lápiz para empezar a corregir. Poché mientras tanto la observaba de reojo. En el lugar se había formado un silencio algo incomodo y no era la primera vez que pasaba.

Poche sabía que cada vez se enamoraba mas de su profesora y sí, estaba enamorada de aquella castaña y no podía, ni quería, hacer algo para evitarlo.

Y como era obvió, Calle notaba lo que aquella chica de ojos verdes sentia, pero algo dentro de ella, por mas que no le gustará, sabía que no podía corresponder aquellos sentimientos, por mas que quisiera, sabía que intentar o siquiera sentir algo por aquella chica no era lo correcto.

Ella tenía 22 años y aquella oji-verde 17. No era éticamente correcto.

—Esto esta perfecto, no hay errores, felicidades —le alago la castaña. Poché sonrío orgullosa. — ¿te parece si te hago un examen rápido?

—De lujo, adelante.

(...)

—Termine. —anunció Poché luego de terminar, en media hora, los quince ejercicio que Daniela le había dado.