5/10 📨 Amor entre cartas 📨

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Feliz Navidad. Eso era lo que la ciudad comenzaba gritar desde que el sol había salido. Ya era diciembre y los días, para María José parecían estar volando, tal vez era gracias a los nervios de saber que solamente faltaban pocos días para el cumpleaños de la castaña, por suerte, el día anterior habían quedado en verse a la mañana siguiente en la cafetería y Poché había aceptado sin dudar esa propuesta, así no tenía que idear una excusa de porque estaba ahí, otra vez, si no solía ir todas las mañanas. Estaba dentro de su camioneta metida en sus pensamientos, tanto que no había notado que Calle había visto su auto y se acercaba por la parte del piloto.

—¡Su puta madre con guarriso! —grito asustada dando un pequeño brinco en su asiento. Calle no la había escuchado pero si se reía gracias a su reacción. Giro su cabeza para mirar a la castaña y por un momento olvido que su corazón estaba acelerado y que su respiración era errática gracias al susto. Una sonrisa de idota apareció en su rostro una vez su mirada conecto con la de la castaña.

Mientras trataba de calamar su respiración bajo del auto quedando frente a frente con la castaña sintiendo los nervios apoderarse de ella al notar que solamente estaban a un paso de distancia. Un rubor se formo en las mejillas de ambas provocando que Calle diera un paso hacía atrás.

—¿Cuanto llevas acá? —pregunto la castaña evadiendo el hecho de su anterior cercanía.

—Llegue hace cinco minutos. —mintió la mas baja, en realidad llevaba mas de medía hora en el lugar.

—No eres se llegar tarde ¿no?

—Nunca llego tarde, solo antes.

El frío comenzaba a aumentar y la nieve comenzaba a caer. Calle automáticamente llevo sus manos a sus brazos frotandolos suavemente tratando de calentarse. Poché sonrío al ver que Daniela a pesar de estar totalmente cubierta seguía teniendo frío y ella que apenas si tenia una chaqueta y un suéter se sentía normal.

—Entremos antes de que te congeles.

Una vez ambas estuvieron adentro de la cafetería Poché se dirigió al mostrador mientras Calle iba a la mesa de siempre encontrándose con el habitual sobre. Lo tomo y lo comenzó a leer sin notar que Poché la miraba de reojo.

—¿Te cito o la citaste? —pregunto Johann llamando su atención mientras preparaba un par de chocolates calientes.

—Me dijo ayer que necesitaba ayuda para unos arreglos en su casa y le dije que yo podía ayudarle —contestó volteando su cabeza para mirarlo —. Desayunamos he iremos a su casa para iniciar, quiere decorarla por navidad, no lo había hecho porque no había tenido tiempo.

—¿Tan rápido para su casa? —pregunto con cara pícara. Poche se sonrojó fuertemente y desvío la mirada — No pierdes tiempo Pochas, recuerda formalizar primero.

—Callate imbécil —murmuró sabiendo que el rojo intenso no abandonaba sus mejillas —. Dame la comida para irme a la mesa.

Johann entro a la cocina riendo divertido sabiendo que su mejor amiga lo maldecía mentalmente. Poché suspiro tratando de disipar los pensamientos que comenzaban a llenar su mente. Se levantó de la silla y se giro dispuesta a apoyarse de espaldas en el mostrador, pero sintió su cuerpo tentarse cuando se encontró de lleno con la castaña. Nuevamente estaban a un paso de distancia. Ambas volvieron a sonrojarse con fuerza.

—Johann ya fue a buscar la comida... —murmuró tratando de que su mirada no bajara hasta los labios de la castaña. Sus cuerpos estaba recargado contra el mostrador y sus brazos sobre la barra. Calle también parecía paralizada, no sabía porque pero no quería moverse.

—Sí, venía a ver porque habías tardado.

—Aquí esta... —Johann guardo silencio mirando la escena logrando que Calle se alejara de golpe totalmente nerviosa para luego volver a su mesa. Poche giro rápidamente aun totalmente roja. Johann sonrío —No bien me voy y ya sube la adrenalina. —se burlo el chico colocando la bandeja sobre la mesa.

—Cierra la boca. —tomo la bandeja colocandola solamente en su mano derecha y camino a la mesa donde la esperaba la castaña.

Mientras se acercaba recordó las veces que trabajaba y lo divertido que podía llegar a ser. Amaba ser mesera en sus tiempos libres. Una vez llego a la mesa dejo todo sobre la mesa para luego sentarse frente a Daniela.

—Tienes buen equilibrio. —comento Daniela sonriendo.

—Solamente para esto, porque para los deportes mi equilibrio y habilidades motrices son nulas.

—Gracias de nuevo —Poché frunció el ceño confundida —, por ofrecerte a ayudarme con lo de las decoraciones de mi casa.

—No es nada, de todas maneras no tengo nada mejor que hacer.

—¿Ya decoraste tu casa?

Poché nego con la cabeza despreocupada. Calle la miro con el ceño fruncido. La mas baja la miro unos segundos entendiendo la pregunta que tal vez rondaba la mente de la castaña.

—No soy muy fanática de las navidades, no son mi época favorita del año. —contestó con simpleza. Calle la miro sorprendida.

—¿Por?

—No lo se —admitio, aunque era una mentira, pero no sería ella quien le arruinara las fiestas a la chica que comenzaba a amar —, solamente las encuentro sobrevaloradas.

—¿Vives sola?

—Sí, mi padre y mi hermana estan de viaje, yo me quede porque no me apetecía viajar este año. ¿Por?

—Se que a penas entablamos conversación pero... ¿Te gustaría pasar las navidades conmigo? —propuso tímidamente — Mis padres no vendrán esta navidad y mis amigos y yo haremos una pequeña fiesta ¿te gustaría ir?

—No creo que sea buena idea. No conozco a nadie a parte de ti, seria algo... Incomodo.

—Irás conmigo, no me despegare de ti en toda la noche.

Poché dudo un par de segundos, no le gustaban las fiestas, pero si aceptaba sería momentáneamente ya que no sabía si seguirá viendo a la castaña luego de confesarse, no sabía cual sería su respuesta, pero algo le decía que sería negativa, tal vez solo era su paranoia, pero no quería hacerse ilusiones.

Una vez ambas terminaron de desayunar Poché se apresuró a pagar la cuenta ignorando las quejas de la castaña. Salieron del lugar y se acercaron al auto de la mas baja. Poche ayudo a la castaña a subir para luego subir por la parte del piloto. Siguiendo las direcciones de la castaña llegaron a ls casa. Al bajar del auto entraron a la casa y lo primero que María José vio fue las cajas y bolsas en la sala, el árbol ya estaba colocado en su lugar, solamente faltaba colocarle los adornos.

—¿Por donde quieres empezar? —cuestionó María José quitándose la chaqueta para atarla al rededor de su cadera.

—¿Puedes acercarme las cajas que estan junto al sofa? —Poché asintio mientras veía a Calle acercarse al árbol para moverlo un poco.

Se acercó a donde la castaña le había indicado y tomo una de las tres cajas pero sin querer su mente comenzo a divagar y pensó en que tal vez si Daniela pasara todos los diciembres junto a ella la navidad no sería tan mala.


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No se como escribí esto en dos horas entre tareas 😅

Nos leemos pronto...

One Shots || Cache || 2do Libro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora