Soy Nashira, soñadora empedernida como mi padre.
Enamorada de un hombre de sonrisa despreocupada y alma hermosa.
Fotógrafa y bailarina de profesión y un alma libre por convicción.
Acompañame a leer este fic 💚
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Nashira:
Desperté, eran las 8 de la mañana, ni Don ni Thomas me habían hablado o mandado un texto
¿Que le habrá dicho Donati a Thomas?
No sabía si ir a buscarlo, era muy temprano así que decidí quedarme un rato más en la cama, pero alguien tenía otros planes.
Tocaban mi puerta como desesperados, fui a abrir y era Thomas.
Casi se me cae la baba ¿Como es posible que con unos simples shorts y playera se viera tan sexy?
—¿Lista para irnos a correr? — dijo mientras imitaba un trote
—Lista, pero para regresar a mi cama a dormir — fingí cerrarle la puerta en la cara y el la detuvo
—Hace un día bellísimo, anda floja! Vamos a correr — hizo un puchero
—¿Porque no te puedo decir que no?
—¿Porque me amas? — soltó así sin más — Podrías ponerte los shorts y el top deportivo que traías la otra noche
Casi me da un infarto y me puse roja como tomate
—¿Porque específicamente esa ropa? — me rei
—Porque estoy seguro que es lo único deportivo que traes en esa maleta
—Buen punto — dije decepcionada — Ypor cierto, no te amo... eres un anciano para mí
—Es broma...anda, hay que volver para el almuerzo — su hermosa risa se hizo presente
—Pasa mientras me cambio — le abrí de par en par la puerta
Rebusque en mi maleta y saque lo único medianamente deportivo que encontré. Thomas tenía razón no tenía más que el top pero si un pants.
Me lave la cara, los dientes y trate a sin éxito de hacerme una coleta.
—Este cabello que no coopera! — renegaba en el baño
Por lo visto se escuchó hasta la salita del cuarto porque Thomas tocó la puerta.
Mi corazón se detuvo por un segundo...
—¿Que pasa, Nashi? — pregunto desde afuera
—Nada, este cabello que no se acomoda con nada!— seguía tratando de peinarme
—¿Quieres que te ayude?
—No, ya voy...— la verdad si quisiera que me peinara...
Borre esos pensamientos de mi mi mente, salí enseguida del baño y lo seguí hacia la recepción. No sé a dónde se dirigía, pero no iba corriendo, supongo que buscaba un lugar más libre.
