Capítulo 13 - Realidad

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Nashira:

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Al despertar todo me daba vueltas, me estiré pesadamente en la cama cuando me di cuenta del desastre.

Estaba completamente desnuda... la sábana tenía sangre.

Oh por dios! — grite— ¿Que pasó?

Thomas no estaba a mi lado, me levanté al baño a darme una ducha y tampoco estaba.

¿Se habrá ido a Los Angeles sin mí?

Entre a la tina, me dolía todo el cuerpo y esto era muy satisfactorio.

Había perdido mi virginidad con Thomas

Y eso no me importaba... lo realmente importante es ¿Porque no me acuerdo de nada?

¿Que rayos tenían esos tragos? — renegué

No sé qué tenían, pero no volveremos nunca a ese bar— dijo Thomas entrando en el baño

Hice el intento por tapar mi cuerpo, aunque anoche me pudo ver desnuda sentía mucha vergüenza.

¿Porque te tapas? — cuestionó

Por vergüenza... — creí que era obvio

¿Recuerdas algo de anoche?

Solo unas cosas, muy vagamente— empecé a hablar— recuerdo que estábamos con unas chicas muy animadas, que salimos del bar y de ahí recuerdo hasta que estaba intentando abrir la puerta.

A mi cabeza han llegado pequeños recuerdos de lo que pasó después de que abriste la puerta...

¿Y? ¿Qué paso? Digo, es obvio que tuvimos sexo, pero...

¿Porque no me dijiste que eras virgen? — me interrumpió enojado

Porque quizá estaba muy ebria para recordarlo

No puede ser Nashira! Perdiste tu virginidad... conmigo! — se jalaba el cabello— y no recuerdas nada! Soy un maldito violador!

Claro que no! Cálmate deja de decir eso, si lo hice era porque quería. — respondí enojada— lo haría ahora mismo si me da la gana!

Me levanté de la tina, quedando frente a el... desnuda, con el cuerpo mojado y una extraña excitación ante está discusión.

Diablos Nashira! — dijo relamiéndose los labios— eres tan jodidamente sexy

Se acercó a mí y le importo muy poco que mojarra su ropa.

Me pegó a su cuerpo, empezó a besarme con desespero. Yo comencé a quitarle la playera y el torpemente trataba de quitarse el pantalón.

Cuando estuvo totalmente desnudo lo vi...

De esto si me acuerdo— dije poniendo mi mano en su miembro

Eres tan traviesa! Deja meterme en la tina contigo

Me hice a un lado, entro en la tina y se acomodó.

Me extendió la mano y me sentó sobre él.

¿Te duele algo?

Un poco el cuerpo y cuando entre a la tina me ardió un poco, pero ya paso— puse mis brazos alrededor de su cuello

Me alegro, casi no recuerdo que pasó anoche y quisiera hacerlo de nuevo... muchas veces

Thomas, eres insaciable! — bromeé

La constelación de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora