Capítulo 32 - 2010

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Tom:

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Tom:

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A pesar de que Johana me había arruinado un poco la sorpresa disfrutamos mucho el año nuevo en Nueva York, Nashira lucía bellísima como siempre.

¿Te gusto pasar año nuevo conmigo?

Claro que sí! — dijo Nashira— nunca había pasado una festividad sin mi familia, pero pasar año nuevo contigo fue maravilloso!

Se estaba quitando las zapatillas y decidí ayudarla

Ven mi amor, te ayudo— se sentó en la cama

Le quité las zapatillas y comencé a masajear sus pies creo que estaba muy cansada porque lo estaba disfrutando mucho, seguí masajeando, pero poco a poco subía mis manos, subí su falda y poco a poco fui quitando sus pantis.

Nashira se recargo en sus codos y cerró los ojos.

Metí mi cabeza en su falda y comencé a masajear su intimidad con dos dedos, después puse mi lengua y fue entonces cuando introduje dos dedos en ella.

Gimió y se mordió el labio, yo seguía y seguía hasta que pude sentir su orgasmo.

Esa lengua es magnífica, Thomas!!

Ven aquí!— la jale hacia a mí y la bese con pasión

Iba a quitarse el vestido, pero no la deje.

Moría por estar dentro de ella, la senté encima mío y entre en ella, Nashira gemía delicioso en mi oreja y no dejaba de mover sus caderas, me volvía loco y no planeaba ocultarlo.

Apretaba sus nalgas, ella no planeaba dejar de moverse, era delicioso sentir su humedad y sus gemidos, enterró un poco sus uñas en mi espalda., le di una nalgada, gimió muy fuerte, inmediatamente tuvo un orgasmo y yo me corrí con ella.

Te voy a extrañar tanto, mi amor— la bese

Y yo a ti, Tomito

Por cierto ¿No te ha bajado? ¿Te tenía que llegar por navidad no?

Sí pero no me ha bajado — se encogió de hombros

Regresando a Los Ángeles compramos una prueba de embarazo ¿Sí?

Ok, amor.

Dos días después estábamos de regreso al departamento, esa noche dormimos profundamente, en la mañana me pare temprano y salí.

Iré de una vez a la farmacia, por si te despiertas y no estoy. Te amo

Tomé unas llaves y salí, en el vestíbulo le encontré a el vecino.

Buenos días— saludo amable

¿Es a mí? — pregunté sorprendido

Claro que sí, buenos días — extendió su mano— mi nombre es Samuel Claflin

La constelación de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora