Capitulo 76 - ¿Amigos?

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Tom:

Ver a Nashira en ese descontrol me rompe el alma, quería matarlo con mis propias manos, pero se que esa no era la manera, se lo llevaron y según lo trasladarían a Londres.

Este maldito debe de pagar, Thomas! — me gritaba — Prométemelo!

Te lo prometo, amor! — la abrace

Ya había amanecido, esperamos hasta que el último policía se fuera y comenzamos a caminar para buscar un taxi, media hora más tarde estábamos llegando al departamento.

Vamos a dormir, tenemos que ir a Londres para ver qué procede — le dije a Nashira.

Ok, descansa.

Entró a su habitación y cerró.

Me acosté, dormí a lo mucho dos horas, decidí tomar un baño para estar listo cuando ella despertara, por suerte pude averiguar por mi cuenta cuál era la llave del agua caliente y me metí a bañar.


Nashira:

+18

Daba vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, unas horas después oí ruido en el baño, Thomas se estaba bañando y al parecer no cerró bien la puerta.

Las puertas de la ducha eran algo transparentes y pude verlo bañarse, era todo un Adonis... su cuerpo se hizo más ancho o algo paso.

Mi cuerpo se estremeció de verlo, no teníamos sexo desde antes de la muerte de Daniel.

No dude un segundo más y comencé a desnudarme, avente mi ropa, trataba de no hacer ruido.

Entre a la ducha completamente desnuda, me abrace a su espalda, Thomas se sobresaltó un poco, pero disfruto el abrazo.

¿Qué haces, Nashira? — me preguntó

Te necesito...— empecé a besar su espalda — ¿Tú no me necesitas?

Claro que te necesito, mi amor.

¿Entonces? — se volteó y quedó frente a mi

Tome una esponja, empecé a tallar su pecho y poco a poco baje a su miembro que estaba más que listo.

Mr. Hiddleston, te ha extrañado — dijo en un ligero susurro.

Y yo a él — empecé a masturbarlo, parecía estarlo disfrutando mucho.

Hace tanto que no hacemos el amor...

Lo se, amor — seguí tocándolo

— ¿Estás segura?

Muy segura...

Cerro la llave de la ducha, me pegó contra la pared fría del baño, tenía una de sus manos en mi cuello empezó a besarme con desesperación.

Pasaba su lengua descaradamente por mis labios y la metía en mi boca, con la mano que tenía libre empezó a masturbarme.

Pegó su boca a mi oreja y dejaba pequeñas mordidas, podía sentir su aliento agitado.

Te he extrañado tanto, mi amor — dijo en mi oído

No respondí, estaba sumida en el éxtasis que me proporcionaba, gemía, podía sentir cerca mi orgasmo.

Me corrí en sus dedos, entonces me volteo, mis pechos pegaban directamente en lo frío de pared de la ducha, me gustaba esa sensación.

Paso su miembro por en medio de mis nalgas hasta llegar a mi intimidad, se introdujo en mi... pero no por completo.

La constelación de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora