Capítulo 97 - San Valentín 2

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Nashira:

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Nashira:

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Thomas lleva puesta una camisa blanca y está ligeramente abierta, se abalanzó sobre mí en un movimiento muy rápido, últimamente usa un perfume exquisito que huele a madera y naranja, es refrescante y embriagador.

Tiene una de sus manos en mi cara y otra en mi cuello, me besa con desesperación, lentamente baja el ritmo y sus besos se volvieron suaves, a veces bruscos, me mordía los labios.

Quiero cogerte, vamos — me jalo un poco para levantarme de la silla y se dirigió a la habitación —Te deseo tanto...

Todo el camino había velas y pétalos de rosa, era hermoso

Sus ojos están brillantes, candentes con una especie de excitación que no le conocía, me besa suavemente y de nuevo tira de mi labio inferior.

Se separó de mí y lentamente empezó a quitar su reloj, el que le regale una navidad, se comenzó a desnudar frente a mí, su cabello esta un poco alborotado

Al verlo la sangre corre desbocada por todo mi cuerpo, combinada con el deseo latente en mi vientre, se acercó lentamente a mí, mis ojos no dejan de observar su cuerpo perfecto.

Empieza a desnudarme muy lentamente con una tranquilidad de santo que me desespera, cuando los dos estamos completamente desnudos me lleva a la cama, me recuesta y se arrodilla ante mí.

Pasa la lengua lentamente desde mi ombligo hasta mi cadera, es una deliciosa tortura, agarra una de mis piernas y la levanta ligeramente, va dejando unos suaves besos por el interior de mi pierna... desde mi muslo hasta el pie.

Hace lo mismo con la otra pierna, hace tanto que no me toca, que creo que podría llegar a un orgasmo solo con eso, va subiendo lentamente por mi intimidad hasta mi ombligo y centra su atención en mis ya muy excitados pezones.

Baja una mano y empieza a tocar mi clítoris.

Siempre estás tan húmeda, tan lista para mí. — dijo con voz ronca

Siento su erección palpitar en mi cadera, sigue haciendo círculos con los dedos en mi intimidad, poco a poco toman camino a mi interior.

Empieza a besar mi cuello mientras sus dedos se introducen en mí, gemir es inevitable

¿Te gusta? — pregunta y muerde ligeramente mi oreja.

Ya por favor! — suplico he intento moverme, pero me tiene aprisionada debajo de él.

Dijiste que obedecerás! — empieza a morder mi hombro, creo que eso dejará una marca pero no me importa.

Su voz es seductora y dominante

Se levanta y por un instante siento que va a desistir de hacer el amor, me siento con rapidez en el borde de la cama.

Abre la boca — ordena y me estremezco

La constelación de mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora