Soy Nashira, soñadora empedernida como mi padre.
Enamorada de un hombre de sonrisa despreocupada y alma hermosa.
Fotógrafa y bailarina de profesión y un alma libre por convicción.
Acompañame a leer este fic 💚
🚫El orden cronológico puede variar d...
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Nashira:
Me tire a la cama con una gran pesadez, estaba molesta ¿Porque no podía superar estos temas que tanto me acomplejan?
El problema no era que no me gustará mi cuerpo creo que era un bello cuerpo, gracias a mi amado baile y a la señorita Madelyn que me ponía rutinas tan exhaustivas el problema es que yo quería ser alguien diferente, alguien que le guste a Thomas.
Alguien capaz de enamorarlo y sabía perfectamente que alguien con mis características jamás le interesaría. Me sentía mal por eso, por acomplejarme a causa de él y ni siquiera poder decírselo.
Debería llamar a Rebeca mi terapeuta... necesitaba contención.
Tampoco dejaba de pensar en lo bien que se ha portado, en lo tierno que ha sido aunque no quería malinterpretar sus actos hacia a mí, él era gentil con la mayoría de la gente y conmigo no era excepción, sonó mi celular era un texto de mi hermano que decía que llego bien, era un poco tarde.
—¿Donde habrá ido? — tenía tanta curiosidad— Mañana le preguntare
Decidí ponerme a hacer un poco de estiramiento, quizá así me daría sueño y podría dormir, pero nada parecía funcionar.
Se hacia cada vez mas tarde y yo seguía sin dormir, solo pensaba en Thomas... a tan solo unos pasos de mí.
Ya era mayor de edad, ya nada me impedía lanzarme a el... solo el hecho de que es 10 años mayor que yo, es el mejor amigo de mi hermano y su mamá es mejor amiga de mi mamá.
Todo parecía en contra.
Mi cabeza no dejaba de repetirse una y otra vez que si Jessica no estaba aquí era quizá porque habían terminado.
Estaba sumergida en esos pensamientos cuando oí que tocaron mi puerta.
Me asuste un poco y dude en abrir, vi el reloj y eran pasadas las 3 de la mañana.
Me levanté y no me percate que solo traía un top de ejercicio y un short, así abrí la puerta y era Thomas que de inmediato me recorrió de pies a cabeza. Fue entonces cuando caí en cuenta de mi facha.
Le cerré la puerta en la nariz sin dejarlo decir una sola palabra y corrí a ponerme una playera.
—Lo siento— le dije mientras abría de nuevo la puerta
—No te preocupes Nashi ¿No te desperté?
—No, en realidad no puedo dormir ¿Quieres pasar? — le dije haciéndome a un lado para dejarle espacio
—Si, traje helado! — contesto mientras ponía por los aires el helado
—Genial!— grite, y de inmediato me tape la boca
—Shhhh! Despertarás a todo el mundo! — dijo riéndose de mi
