Soy Nashira, soñadora empedernida como mi padre.
Enamorada de un hombre de sonrisa despreocupada y alma hermosa.
Fotógrafa y bailarina de profesión y un alma libre por convicción.
Acompañame a leer este fic 💚
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Tom:
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Nashira camino al lado contrario del hotel y por un momento pensé que estaba tan ebria que se le había olvidado el camino.
—El hotel es para allá! — señale al otro lado
—Lo sé, pero tengo un plan mejor...
—¿Que tramas? — pregunté
—Solo ven...
Camino para atrás y me hacía una seña con el dedo para que la siguiera, se iba quitando el vestido y lo dejo junto a la cámara. Debajo traía una lencería que no había visto antes.
—¿Y esa ropa? No la había visto
—La compré hace tiempo, pero quería usarla en una ocasión especial — respondió bajando los tirantes del sujetador
—Me parece está una ocasión muy especial— empecé también yo a quitarme la ropa.
—Oh señor Hiddleston, que musculoso se ha puesto últimamente! — mordió su labio inferior
—¿Lo cree usted, señorita Stone?
—Claro que si — por fin de deshizo del sujetador y lo aventó al montón de ropa
Tapo sus pechos con uno de sus brazos y corrió al mar, entro completamente y soltó un pequeño grito por lo fría que estaba el agua.
Quite mis boxers y la seguí, está por demás decir que ya me sentía muy excitado.
Llegué hasta ella y la abracé
—Es hermoso estar aquí contigo— dije abrazándola
—Lo es, no quisiera irme nunca.
—No pensemos en eso ahora, ven
La voltee y me veía a los ojos, creo que con la luz de la luna sus ojos parecían dos estrellas brillantes.
Rodeo mi cuello con sus brazos y comenzamos a besarnos, podía sentir todo su amor en ese beso, pero no por eso dejaba se ser excitante. Sus pezones erizados rozaban con mi pecho y subí mis manos para darles un poco de atención.
Masajeaba sus pechos y ella gemía en mi boca, sin previo aviso baje mis manos y quite las pantis, agarre sus piernas y rodee mi cuerpo con ellas.
Nashira gemía muy despacio y justo a ese ritmo entre en ella. Rodee su cintura con un brazo y con una mano en sus nalgas la subía y bajaba para hacer fricción en nuestros cuerpos.
—Coges tan rico mi amor! — dijo y estiro su cuerpo hacia atrás sin soltarse de mi cuello
—Eres una diosa y me motivas!
Se reincorporo y besaba mi cuello.
Yo intentaba torpemente meter uno de sus pechos en mi boca. Nashira lo noto y me ayudó.