El viento movía su cabello largo castaño, sus ojos ambarinos se cerraban mientras el aire acariciaba su rostro, erizando su piel debido al clima frío.
Un suspiro salió de entre sus labios, estaba cansada de esperar, ya tenía más de 2 horas esperando a que su pareja entrara por la puerta principal de la casa que compartían hace unas semanas tan solo.
Tan solo unas cuantas semanas y ya se comenzaba a arrepentir de dejar la casa de España para ir a vivir con el alemán.
Pero ¿cómo culparla?
México había tenido una relación estable con Alemania, un hombre fornido, de rasgos rectos pero un poco delicados, de cabello negro y ojos azul claro cubiertos por unas pequeñas gafas que solo lo hacian verse más atractivo para los demás, desde hace más de 3 años que estaban juntos, él siempre fue amable con ella, serio pero atento, se tomaba sus tiempos para llevarle detalles, sacarla a pasear y visitarla en casa de España, podría decir que estaba encariñada de él, más no enamorada, pues nunca había estado enamorada de nadie más.
Y si no era con Alemania con quién daría el paso ¿entonces con quién?
Alemania había sido su primer y único novio.
Se creo escenarios en la cabeza cuando ella misma le pidió dar el siguiente paso y vivir juntos, el alemán, si bien no dejo de tratarla con amabilidad, no la había tocado una sola vez desde que cruzo la puerta como la mujer de la casa. Se sentía ansiosa.
Comenzó a notar detalles que no había visto antes.
Alemania se la pasaba gran parte de sus días de descanso de la oficina en su estudio, cuando salía de este para "pasar tiempo con ella" se la pasaba con el teléfono celular en mano, sonreía con emoción hacia la pantalla y cambiaba de tema cuando ella lo cuestionaba sobre la razón, insistía mucho en ir a visitar a su familia latina y cuando ella accedía, se la pasaba siendo ignorada por su "novio" que parecía más interesado en charlar con sus hermanos y padre que con ella.
Comenzaba a dudar de su fidelidad.
¿Y como no hacerlo? desde hace unos días atrás, Alemán había comenzado a llegar tarde de la oficina, a veces la mexicana se dormia en el sillón esperando a que volviera y despertaba en la cama que compartía con el pelinegro, completamente sola ya que él siempre madrugaba. Estaba harta de estar sola.
El sonido de la puerta principal la saco de sus cavilaciones, aparto la mirada de la ventana frente a la que estaba sentada y miro hacia la entrada por donde su pareja pasaba con rostro relajado y tranquilo.
- Tardaste - susurro México cuando el alemán cerro la puerta tras de si.
- México - soltó el hombre medio sorprendido - ¿que haces despierta?
- Esperarte - susurro ella mientras se enderezaba en el sillón - ¿día pesado en la oficina?
- Algo así - respondió Alemania mientras se quitaba el saco de encima, acomodaba el cuello de su camisa y dejaba su maletín en un sillón de la sala.
- ¿A esta hora saliste? - dijo la castaña mientras se levantaba del sillón.
- Si, mañana vendrá un viejo amigo, un socio de negocios y quería tener todo listo - con una calma que a México le desespero, el alemán se acercó a ella, le dió un casto beso en la frente de modo de saludo y se alejo para ir a la cocina - ¿hay algo para cenar?
La mexicana quien sintió como su piel se estremecía en cuanto Alemania la toco, suspiro y volvió la vista hacia la cocina.
- Está en el horno, lo calentare - dijo después de un rato mientras miraba como el pelinegro se desprendía de su camisa, dejando a la vista ansiosa de su pareja, la camisa interior de tirantes que se ceñia a sus músculos, provocándole un cosquilleo interno a la mujer.
- No hace falta - sonrió el alemán - lo hago yo, tu ve a descansar, te alcanzo en un rato.
- Quiero estar contigo - respondió ella sin pensar.
No mentía, deseaba pasar más tiempo con su novio, se sentía cada día más y más sola, la atención estaba en cierta forma, pero la mexicana sentía que le hacía falta algo, principalmente teniendo en cuenta que él nunca la había tocado más allá de unos besos en la frente y mejilla, las noches no pasaban de dormir abrazados después de que él la apartará en sus intentos de convencerlo de tener relaciones, argumentando que estaba cansado.
Se sentía incluso insuficiente.
¿Acaso no era lo suficientemente atractiva para el alemán?
- Lo siento, Mex - murmuró Alemania en voz enternecida, dándole un pequeño abrazo a la chica quién, con el rostro oculto en el pecho de él, parpadean rápidamente tratando de no derramar las lágrimas que inundaban sus ojos - manejar los negocios de mi padre es difícil, lo sabes, Third es exigente y soy el único responsable, por eso no paso mucho tiempo contigo - susurro él con voz ronca mientras frotaba el brazo delgado de la chica quién lo abrazaba por la cintura - te prometo que buscaré el tiempo para estar más contigo ¿si?
La chica, quien sentía aún un nudo en la garganta, asintió con la cabeza.
- Ve a descansar ¿si? - le susurro Alemania mientras le daba un diminuto beso en el cabello a la mexicana quien, como siempre, sentía estremecer su piel con cada roce del pelinegro.
Nuevamente asintió y se aparto un poco del hombre, duo media vuelta y se encamino hacia la habitación que compartía con su pareja.
Antes de cruzar el umbral de la puerta de la habitación, escucho como comenzaban a llegar notificaciones de mensajes al teléfono del Alemán.
Comenzó a quitarse la ropa, quedándose en ropa interior, se miro al espejo de tamaño completo que tenían en la habitación. Tomo su largo cabello entre sus manos y lo puso sobre un hombro, miro a detalle su cuerpo.
Sus largas piernas estaban bien definidas y torneadas gracias al ejercicio de correr 10km diarios. Su abdomen plano dejaba ver la mitad de su tatuaje en forma del calendario maya que se situaba en el lado inferior izquierdo, siendo cubierto por la tira de su pantaleta. Sus senos no eran ni muy pequeños ni muy grandes, tenían un tamaño exacto como para estar bien proporcionada. Su piel aperlada brillaba con la luz de la luna que se filtraba por la ventana de la habitación, sus ojos color ámbar miraban tristemente su reflejo.
Fea no era. ¿Verdad? Entonces ¿porque no era atractiva para Alemania?
Con suspiro de tristeza se aparto del espejo, se colocó una playera holgada que usaba para dormir desde que vivía con España, con un logotipo circular que decía "PAN" y se amarro el cabello en una coleta alta para después tumbarse en su lado de la cama para intentar dormir e ignorar ese nudo en su garganta que la hacían desear soltar más lágrimas de frustración.Una hora después, cuando México ya había dado vueltas en su lugar de la cama hasta el cansancio y u cabeza dolia horrores, el ruido de los pasos de Alemán dirigiéndose a la habitación la hicieron quedarse estática.
Lo escucho entrar a la habitación, quitarse la ropa que tenía puesta, sentarse en la cama, recostarse después de un suspiro cansino y apagar la luz de la lámpara que había encendido al llegar, dándole la espalda a la joven quien en cuanto comenzó a escuchar la respiración acompañada de alguien ya profundamente dormido, dejo salir sus lágrimas con un gesto de dolor mientras apretaba la esquina de su almohada contra su boca.
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Vivir una mentira. RusMex +18
RandomDespués de irse a vivir a casa de su novio de toda la vida, México se siente más sola que nunca. Lloraba hasta dormirse a causa de su soledad, hasta que el amigo de su novio cayó a casa de visita. ADEVETENCIAS: La historia es principalmente RusMex...