Vivir una mentira. RusMex +18

Capitulo 17

Sus párpados se abrieron pesadamente, se sentía exhausto, se estiró un poco para voltearse a su espalda y fue cuando se topo con ella. México tenía el cabello revuelto, varios mechones en su rostro cubrían sus ojos y caían en su boca semiabierta.

Rusia sonrió. Con la punta de los dedos apartó los mechones del rostro de la castaña y está se removió un poco para acomodarse mejor mientras gruñía por la sensación, se descubrió el torso desnudo con los brazos y los colocó por encima de su cabeza para después seguir durmiendo como si nada, dejando a la vista del sovietico, su cuerpo completo.

Rusia observo mejor los pechos de la chica, tenían las marcas de sus besos, desde los de la primera vez como los más recientes, debajo del seno izquierdo tenía un pequeño tatuaje que no había notado hasta apenas ayer que decía "Hecho en México", su vientre plano lucía una marca de chupetón en el costado derecho donde terminaba una cola de serpiente llena de plumas. Con la punta de los dedos, Rusia comenzó a deslizar más abajo la sábana que cubría a la joven y se topo con el tatuaje de calendario Maya, según las palabras de ella, y con las marcas de sus propias manos marcadas en su cadera y cintura; con pena, el ruso recordó la fuerza con la que la tomo de la cintura la noche anterior para mantenerla pegada a si mismo mientras la embesita con fuerza y como ella gritaba su nombre pidiendo más.

El sonrojo en sus mejillas se hizo evidente y decidió cubrir de nuevo a la mujer con la manta, haciendo que ella volviese a gruñir y se moviera dándole la espalda a él. El tatuaje de serpiente emplumada abrazaba su cadera y se enrollaba en el nacimiento de su espalda, Rusia acarició su piel delicadamente, pasando los dedos por su espina dorsal hasta llegar a los omóplatos donde tenía un par de alas de águila tatuadas. En su tierra, una mujer tatuada era mal vista, pero no entendía la razón por la que los tatuajes en la mexicana lo hacían excitarse.

México se estremecio y Rusia decidió abrazarla por la cintura, pegando el cuerpo delgado de ella a su torso.

- Deja de manosearme - mascullo México entre sueños, sonrojando al ruso de nuevo - deja dormir...

- Es demasiado tarde, hay que levantarse - le susurro él metiendo su rostro entre el cabello de ella, sacándole una queja.

- Pues levántate y dejame dormir - se quejo la castaña mientras trataba de encoger sus hombros para evitar el cosquilleo que nacía desde su vientre y se extendía hasta su cuello, erizandole la piel.

- Vamos a bañarnos - pidió el sovietico mientras acariciaba lentamente su vientre. México volvió a sentir su cuerpo estremecerse con fuerza. Se acomodo para ver al rostro a Rusia.

- ¿Bañarnos, bañarnos o bañarnos "bañarnos"? - le pregunto entrecerrando los ojos, el albino alzó una ceja interrogante.

- No entiendo

- Olvídalo - susurro México mientras sonreía y colocaba una mano en el rostro de él. Su rostro recto la observaba, sus ojos profundos de color aqua brillaban aún adormilados, sus labios delgados estaban entreabiertos mientras respiraba acompasadamente, su cabello grisáceo caía rebelde por su rostro, despeinado - ¿Me hiciste un amarre, poste?

- ¿Amarre? - pregunto aún más confundido el hombre.

- En solo un día ya me tienes cacheteando las banquetas - sonrió ella mientras lo atraía hacia si misma y comenzaba a besarlo, él, aún sin entender que había dicho ella, correspondió el beso, sin prisas, tranquilo, dulce. Se separaron para mirarse a los ojos un poco - vamos a bañarnos, tripalosky.

- ¿Tripalosky? - pregunto el sovietico mientras la veía levantarse de la cama, desnuda, y se estiraba mientras gruñía.

- ¿Te molesta que te diga así? - pregunto ella mientras tomaba el codo de su brazo izquierdo con su mano derecha, por encima de la cabeza y lo mirada semi volteada. Rusia lo pensó un poco y después negó con la cabeza - entonces vamos, quiero desayunar antes de ponerme a empacar...