Capitulo 12

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¡Feliz año nuevo! ♥️

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- ¿Diga? - Rusia dejaba un momento su comida en aquel restaurante para responder la llamada.

- Rusia - Alemania se escuchaba un poco distante y triste - terminé con México.

Rusia se quedó un momento en silencio, miro a China, su amigo con quien estaba cenando y le pidió un minuto para apartarse de la mesa, el asiático asintio con su usual gesto serio en el rostro. El soviético se levantó y se apartó un poco de las mesas para ir al baño de hombres.

- Perdona - se disculpo el ruso apenas entró al baño - ¿Me decías?

- Que termine con México - suspiro el pelinegro - ya no somos nada...

- ¿Eso tiene algo que ver conmigo y lo que paso? - pregunto un poco incómodo, realmente no quería saber que por culpa suya la relación de su amigo había terminado y una pizca de él estaba preocupado por la mexicana, se notaba cuanto estaba apegada al alemán.

- No - el suspiro de Alemania hizo que Rusia se pusiera alerta, se escuchaba afectado - era algo que pasaría si o si, necesitaba terminar con ella antes de que se ilusionase más...

- ¿Cómo está ella? - pregunto el albino casi inconscientemente.

- Ay Rusia... - el tono afligido de Alemania le dio la respuesta - lloro... pero me reclamo más por mentirle... Ya sabe toda la verdad...

- ¿Y como estás tú? - pregunto el ruso al escucharlo.

- Culpable - suspiro el alemán - me siento muy culpable... pero no es para eso que te llamo, México se fue hace unos minutos, posiblemente salió con alguien para desahogarse, tengo que irme de la casa para cuando llegue, llamaré a Japón para ver si me hace un espacio con él... Pero te llamaba a ti porque... Quiero que pases la noche aquí, quiero que te quedes con ella, me preocupa que llegue hacer algo malo...

- De acuerdo - acepto casi de inmediato, cosa que sorprendió tanto a Alemania como al mismo ruso.

- Bien, entonces... Te dejo la llave en la planta que México tiene fuera de la puerta, la que tiene flores rojas - dijo el pelinegro.

- De acuerdo - una persona entro al baño de hombres y paso al lado del eslavo.

- Y Rusia... Gracias.

- Si me necesitas, solo llámame.

Alemania cortó la llamada.

Rusia salió del baño y se dirigió a su mesa, donde China tecleaba en su teléfono. Lo vio al llegar y dejo el aparato en la mesa.

- ¿Paso algo malo? - pregunto el asiático apenas si se sentó a la mesa - te ves... Diferente ¿Malas noticias?

- No, al contrario - respondió Rusia acomodándose en la silla - Alemania me pidió un favor, eso es todo.

- Oh, vaya - acto seguido comenzó a comer de su plato que recién llegaba a la mesa - provecho.

Rusia asintio igual para enfocarse en su plato, aunque el hambre se le había quitado de los nervios ¿Cómo reaccionaria México cuando le viera en la casa a él?

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- ¿Cómo que no tienes chile para hacer salsa, USA? - pregunto México mirando el interior del refrigerador del rubio - ¿Cómo voy a comer yo sin salsa, wey?

USA había llevado a la mexicana a su casa, un departamento donde vivía el solo y podía hacer lo que quisiera sin tener a su padre regañándole o a su madre exigiéndole ser el mejor por ser el mayor de todos. Siempre que se juntaba con México a cenar o comer, la cita era en su casa, sabía que la mexicana no aceptaba comer sus preciados y amados tacos en otro lado que no fuesen hechos por ella misma, no confiaba en nadie para hacer unos tacos dignos, según sus palabras.

Vivir una mentira. RusMex +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora