Capitulo 2.

1K 96 29
                                    

El despertador sonó, como todos los días, a las 5:30am, con una pereza monumental, la pesada mano se alzó de entre las sábanas para presionar el botón del despertador.

Con un gruñido se removió en las sábanas, dando media vuelta para no levantarse, solo 5 minutos más, decía su mente. Sobre la almohada, una cabellera despeinada y rebelde color grisácea se esparcia sobre la tela blanca de las sábanas, la piel blanquecina y pálida de la espalda del joven de no más de 25 años denotaba sus músculos mientras subía y bajada al son de su respiración acompasada, su tatuaje de símbolo comunista el su omóplato izquierdo estaba oculto entre la playera de tirantes blanca con la que él dormía.

Deseaba dormir más tiempo, no quería levantarse. Pero solo hacia falta pedir algo para no obtenerlo ¿verdad?

Unos golpes de nudillos en su puerta los hicieron gruñir en respuesta.

- Rusia ¿estás despierto? - la voz de la joven Bielorrusia hizo que el albino abriera los ojos y sus pupilas verdes aqua brillarán - papá te espera abajo para desayunar - informo la chica al otro lado de la puerta - dice que te apresures, que hoy irían a ver a Alemania como acordaron.

Con otro gruñido, el joven se levantó sentándose en la cama, se tallo los ojos con ambas manos y se rasco la cabeza un poco.

- Gracias, Biel - dijo en voz ronca - ya desperté, bajaré enseguida.

Sin decir respuesta alguna, la chica se alejo de la puerta mientras Rusia se levantaba para dirigirse al baño.

Cinco minutos después, el joven sovietico salía de su habitación vestido del traje que había preparado la noche anterior, colocando la Ushanka en su cabeza con el rostro serio y recto tan parecido a la del pelinegro con gesto recto que tomaba café sentado en la mesa rodeado de otros chicos más jóvenes que el mismo Rusia.

- Sientate a comer - le ordenó URSS sin despegar sus ojos de unos documentos en su mano - saldremos en una hora hacia Alemania.

Rusia obedeció enseguida mirando de reojo el sueño en el rostro de sus hermanos. Eso era costumbre de URSS, levantar a todos los chicos sin importar que fuese de madrugada, pero todos tenían que desayunar juntos. Una vez levantándose de la mesa, cada quien podía volver a dormir pero para el desayuno todos debían estar sentados a la mesa si o si.

- ¿Irán a ver a Alemania? - pregunto Ucrania mientras bebía de su jugo de naranja.

- Un viejo asunto de negocios - respondió URSS - tendremos que reunirnos con los inversionistas - dijo casi escupiendo - ¿estás listo para ver al idiota de USA? - le pregunto a su hijo mayor casi con burla.

Rusia bufo molesto.

Si había algo que no soportaba, era al hijo mayor de Inglaterra. Siempre que se veían terminaban peleando, sin excepción, el rubio de ojos azules amante de las hamburguesas era arrogante y ególatra, además de capitalista.

- No le arranques la cabeza está vez - sonrió URSS divertido al ver el celo fruncido del joven ojiverde.

- No lo prometo - suspiro antes de terminar su desayuno aprisa y mirar a su padre para solicitar permiso de levantarse, con una seña de su mano, el hombre lo permitió levantándose el igual.

- Iremos solo unos días - anuncio el patriarca a los jóvenes en la mesa - quiero que se comporten.

- Si padre - respondieron al unisono los soviéticos.

Vivir una mentira. RusMex +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora