- Los documentos están ahí - señaló un gabinete.
- Ajá.
- Y los demás, llegaran mañana por la mañana.
- De acuerdo - Alemania miraba como Rusia caminaba de un lado a otro en la pequeña oficina, señalando y dando instrucciones para los días en que estaría ausente.
- Y...
- Rusia, tranquilo, todo estará en orden, yo me encargo - le sonrió el pelinegro a su amigo, pero este seguía ansioso.
- De acuerdo, todo está en orden, entonces...
La puerta sonó un par de veces antes de que se abriera y por ella entro Thrid y URSS con sus gestos usualmente serios.
- Veo que tienen todo listo - dijo Thrid mirando con aprobación la pequeña oficina ordenada y a su hijo que se levantó de la silla donde estaba para acomodar sus anteojos en su rostro - ¿Listos para que los lleve al aeropuerto?
Por qué si, la única manera en la que Thrid había aceptado que Rusia dejara momentáneamente el proyecto en desarrollo fue diciéndole que iría por algunas cosas necesarias a su vieja casa en su país, en compañía de su padre, claro. URSS había aceptado la propuesta de su hijo, cuando le pidió permiso de ir a ver a su novia, mientras se mordía la lengua para soportar las risas. Él también había echo ese tipo de cosas para poder estar junto a su viejo amor.
Rusia asintio y miro a Alemania que le guiñó un ojo antes de acomodarse los lentes al rostro, cómplice. El eslavo miro a su padre y ambos salieron de la oficina seguidos de Thrid.
- Nos vemos luego, señorita Italia - se despidió URSS de la joven que tecleaba con rapidez en la computadora, se sobresalto y miro al eslavo mayor a quien le sonrió y asintio a modo de despedida.
- Nos vemos, Italia - le dijo Rusia mientras tecleaba en su teléfono.
Si hubiese puesto un poco más de atención, se habría dado cuenta que la pelinaranja ni siquiera lo miro o devolvió el saludo de alguna forma, solo volvió a teclear en su computadora con más rapidez que antes.
Una hora después, ambos eslavos y el alemán se encontraban en el aeropuerto, Thrid miraba su reloj de muñeca en lo que URSS compraba los boletos.
- Bueno, me retiro - anuncio el alemán - avísenme cuando lleguen allá, porfavor.
- Gracias, viejo amigo - se despidió URSS dándole la mano y el pelinegro correspondió dándole un apretón.
- Te veré en unos días, Rusia - dijo el alemán al eslavo más joven y este asintio. Posteriormente, Thrid salió del aeropuerto para irse a su oficina a volver a trabajar.
- Bueno ¿A qué hora sale tu vuelo? - pregunto URSS mirando su teléfono.
- Creo que en 2 horas - comento el albino mirando la pantalla de su teléfono, había enviado un mensaje a Venezuela para preguntarle si debía esperarlos a todos antes de abordar el avión y la chica le había enviado una foto de como todos sus hermanos corrían por la casa de un lado a otro con prendas y maletas en mano, España corría tras un pequeño que, al parecer, no quería colocarse pantalones, mientras cargaba a una pequeña bebé de cabello rizado y negro en un canguro a la espalda. "En un par de horas estamos allá, chamo, esperanos, llama a al gringo, el seguro ya debe estar en camino." Era lo que había recibido en respuesta de la joven.
- Bueno, yo subo en este - informo el eslavo mayor después de escuchar como llamaban al abordaje. Rusia guardo su teléfono y miro a su padre - cuando suban tus hermanos al avión te llamaré o enviaré un mensaje, ellos te esperarán aquí en el aeropuerto.
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Vivir una mentira. RusMex +18
RandomDespués de irse a vivir a casa de su novio de toda la vida, México se siente más sola que nunca. Lloraba hasta dormirse a causa de su soledad, hasta que el amigo de su novio cayó a casa de visita. ADEVETENCIAS: La historia es principalmente RusMex...