Vivir una mentira. RusMex +18

Capitulo 14

- Perdón, Nana - se disculpaba Chile con Maya quien lloraba de alivio mientras le acariciaba la mano, se negaba a verlo al rostro, no podía verlo con la cabeza llena de vendas - hirieron a Uruguay, no tuve cuidado.

- No te culpes, mi niño - sonrió Maya mientras le daba un beso en el dorso de la mano - esos cabrones pagaran por herirlos, ya verás, tú hiciste bien en cuidar a mis niños, a mi pequeña...

- Fuiste muy valiente, cariño - sonrió Inca mientras le acariciaba con delicadeza el rostro - estoy orgullosa.

Chile se sonrojo, apenado mientras su padre lo miraba a unos pasos de distancia con la misma mirada de orgullo.

- ¿DONDE ESTA MI JALAPEÑO? - el grito de México al pasar a la habitación seguida de Perú que venía con la respiración agitada, señal de que había corrido hasta ahí. México vio a su hermano cubierto de vendas sonreírle cansinamente y alzando un pulgar de su mano y le entraron ganas de llorar de nuevo - ¡Ay hermanito!

Sin más se lanzó hacia el pelinegro que sonrió enternecido cuando, a pesar de su sentimentalismo, México lo abrazo con sumo cuidado una vez Maya e Inca se hicieron a un lado, con una mano le acarició el largo cabello castaño mientras sonreía a Perú quien se acercaba a él con ojos llorosos.

- Me preocupaste, pe - mascullo Perú - eres un gil - Chile sonrió.

- Vas a ver hermanito, vamos a buscar a esos cabrones y les voy a arrancar las pelotas por haberte herido a ti y a Uruguay, de que me las pagan, me las pagan - dijo México mientras se alejaba un poco de su hermano y le acariciaba el brazo.

- No hace falta, Mex, con saber que Arge está bien me basta - y como si la hubiese invocado, Argentina entro a la habitación con paso tímido, se acercó a su hermano mayor con lágrimas en los ojos y México se hizo a un lado para que pudiese acercarse a él, Chile la miro con una sonrisa cansada y para su sorpresa, la chica le dio un beso en la mejilla de agradecimiento.

- Gracias por salvarme, hermano - susurro. Chile se sonrojo y apretó la mano de la joven cuando ella se la tomo.

- Bueno, es hora de dejar a Chile descansar - dijo Inca, llamando la atención de todos - vamos, México, debes ir a dormir, te ves exhausta, Perú y España igual, mañana tienen trabajo - comenzó a ordenar y quienes se daban por aludidos comenzaron a salir de la habitación luego de prometerle al chileno volver al día siguiente - Maya, ve a descansar y a ver a los pequeños, yo me quedo a cuidarlos a ellos, podrás venir por la mañana.

- Pero... - Inca comenzó a guía con delicadeza hacia afuera de la habitación.

- Pero nada, recuerda que tienes 9 niños más pequeños que necesitan ver a su madre - le decía mientras la sacaba por la puerta, muy a penas Chile pudo ver cómo Maya se contorcionaba en brazos de Inca para despedirse con la mano de él. El pelinegro sonrió, definitivamente amaba a su familia.

- Me alegro de que estés bien - susurro Argentina - me preocupe mucho..

- No pasa nada, Arge, lo importante es que tú estás bien - sonrió el chileno - porque lo estás ¿Cierto? - pregunto notando sus ojos hinchados de tanto llorar. La joven suspiro mientras lo veía con un puchero antes de soltar unas lágrimas.

- Si te cuento ¿No me juzgaras? Necesito contarlo a alguien o moriré de la angustia - sollozo, Chile se alarmó y de no ser porque los analgésicos lo tenían mareado, se habría sentado para abrazar a su hermana, en cambio apretó su mano, infundiendole confianza.

- Jamás te juzgaría, Arge - le aseguro - no soy quien para hacerlo, puedes contar conmigo.

- Esque... - un suspiro fuerte la inspiro a sacar fuerza de flaqueza para decir lo que le estaba pasando - yo... S-soy la amante - escupió la palabra con dolor - de un hombre casado y eso me está matando...