Capitulo 19

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- Señorita - México escucho que la llamaban desde muy lejos - señorita.

México despertó de golpe, enderezandose en su asiento alarmada.

- Discúlpeme señorita, estamos próximos a aterrizar, abroche su cinturón de seguridad, porfavor - pidió la sobrecargo a la castaña que asintio aún adormilada y comenzó a guardar sus cosas en la mochila.

Había sido un viaje demasiado largo para su gusto, ahora recordaba porque cuando iba a su tierra duraba meses allá antes de regresar. Miro por última vez la pantalla de su teléfono donde tenía mensajes del grupo de sus hermanos, de su padre y un sticker de USA, pero ninguno de Rusia. Suspiro un poco desalentada y guardo el teléfono después de apagarlo, preparándose para aterrizar.

- Llegué a mi tierra - canturreo la joven castaña mientras aspiraba el aire calido de su país una vez bajo del avión - ahora ¿Cómo recojo mis chivas?

Camino un poco desorientada por el lugar lleno de gente, siguió a los que reconoció de su mismo vuelo hacia una rotonda donde las maletas iban pasando y las personas tomaban las suyas. México se quedó esperando ahí, mirando sin saber si su maleta saldría por las pestañas que se deslizaban conforme una maleta salía. Finalmente reconoció su maleta más grande, aquella de color plateado qué ella había llenado de calcomanías pues la usaba desde niña, con entusiasmo la tomo de la barra y la acomodó a sus pies para tomar la otra más pequeña que venía después de esa.

- Ok, ahora, a salir de aquí - se dijo emocionada, se quedó un momento en silencio - ¿Y como salgo de aquí?

Aplicó la misma táctica de caminar detrás de la muchedumbre, si se perdía, sería culpa de ellos. Afortunadamente, llegó a la salida principal donde varios taxistas ofrecían sus servicios de manera única mientras gritaban ofreciendo taxi.

- Güerita ¿Ocupa carro? - dijo un hombre de mediana edad, México sonrió, su país era el único lugar donde a ella siendo aperlada le decían güerita solo por pasar. La joven asintio y después de subir sus maletas a la cajuela le dio las indicaciones de su finca al conductor que la llevo mientras tarareaba una canción de la radio y ella miraba por la ventana, sintiendo la nostalgia llegarle de golpe.

- Oiga güerita, usted no es de aquí ¿Verdad? - pregunto el taxista después de un rato - digo porque se ve que le entretiene mucho el paisaje y solo hemos pasado por las calles más feas de la ciudad - río con soltura.

- Nací aquí y viví un tiempo en este país, pero me fui a vivir a Europa hace tiempo y no pude volver - sonrió México acariciando despacio la pulsera de su madre.

- A que bueno que vuelve por estas fechas - sonrió el hombre - estamos justo en los preparativos para el día patrio, va a ver qué le va a gustar tanto que no se va a querer ir.

- ¿Ya estamos en Septiembre? - preguntoexico sorprendida.

- Si güerita, a día primero.

- Faltan 15 días para mí cumpleaños - mascullo en voz baja, el conductor no la escucho.

- Ya verá güerita, le va a gustar mucho la celebración y más para los lares a los que se dirige, ¡Uy! Ahi hacen fiesta grande, con charreadas y todo, festejan a lo grande - México sonrió, entusiasmada.

Continuaron charlando el resto del camino sobre los platillos que el hombre le recomendaba por comer en su estadía, México los conocía todos, pero muchos había probado solo una vez en su vida y las descripciones que el hombre le daba solo hacían que anotará en su lista mental lo que quería probar antes de regresar.

- Ya llegamos güerita - sonrió el hombre estacionandose frente a las puertas de una enorme finca.

- Muchas gracias - sonrió la joven mientras pagaba una vez bajo las maletas del auto. El taxista se marchó y México suspiro mientras veía la cerca de madera y alambre que cercana el rancho, la puerta enorme de metal decía el nombre del lugar "Mictlan" pues para su madre, ese lugar era su paraíso. Con un suspiro lleno de nostalgia, saco la llave del candado de la puerta, traía todas las llaves del lugar en un llavero enorme y la de la puerta del portón era las más grande, fácil de reconocer, abrió la reja de metal para cruzar y cerrar tras de si.

Vivir una mentira. RusMex +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora