Capitulo 62

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- No quiero que vayas ¿No puedo hacer nada para hacerte cambiar de opinión? - pregunto Rusia por milésima vez mientras veía con impotencia como su novia se ponía un suéter lo suficientemente holgado como para que su vientre ya abultado se disfrazara bien, la castaña miro al albino, cansada.

- Ya te dije que no, Rus - suspiro México - es algo que tengo que hacer, Thrid me invito a cenar y tengo que ir para apoyar a Alemania, ademas quiero convencerlo de aceptar la cirugia de Italia...

México noto como Rusia suspiraba, molesto, aún sentado en la orilla de la cama que compartían, una sonrisa bailo en los labios de la cataña y se acerco a su novio alzó su rostro con cariño y besó sus labios en un casto beso para sentarse en sus piernas, siendo abrazada por los brazos del albino enseguida.

- ¿Esta celoso mi ruso? - pregunto la castaña besando el cuello de Rusia mientras este suspiraba con los ojos cerrados y la apretaba contra si mismo.

- Demasiado - admitió el albino - no quiero que Thrid hable de planes de boda contigo y Alemania en el medio... Me molesta la idea incluso - México río entre dientes para atraer el rostro del eslavo hacia si misma y le dio un ligero beso en la mejilla para hacer camino hasta sus labios, se fue dieron en un beso lleno de entrega y cariño que erizo la piel de ambos.

- Si voy... Es para por fin decirle a Thrid que Alemania y yo terminamos - confesó la mexicana contra los labios de su novio, este se alejo un poco para verla a los ojos, sorprendido, cuando entendió que decía la verdad, la beso de nuevo con efusividad que México correspondio gustosa.

El sonido de mariachis sonó en el teléfono de México y Rusia lo saco del bolsillo de ella para responder la llamada el mismo sin dejar de besarla, sacándole una sonrisa divertida a la latina.

- ¿Mex? Amm... Ya estoy frente a la casa de Rusia - la voz de Alemania se escuchó en el auricular que Rusia se llevó al oído, aún sin separarse de su novia.

- Ya bajamos - le respondió el eslavo a su amigo, apartandose un poco de México y colgó la llamada, acaricio de nuevo el rostro sonrojado de su novia y le dio un ligero beso - prométeme que si te sientes mal me llamaras... No quiero que te alteres, por favor.

México sonrió mientras asentia y se abrazaba con fuerza al albino, escondiendo su rostro en su cuello, aspirando el aroma de su colonia, aquel olor que le erizaba la piel. Rusia la apretó contra si mismo y se levantó de la cama con ella aún en brazos, la bajo al suelo cuando llegaron a la puerta de la habitación y salieron juntos, con Rusia dándole su bolso y su teléfono a la castaña.

- ¿Vas a salir? - pregunto Turkmenistán a la latina cuando la vio dirigirse a la puerta con su hermano mayor, dejando de lado a sus hermanas mayores que leían libros en la sala, México se inclino hacia ella y le acomodo su Ushanka en la cabeza, sonriendo.

- Voy a cenar con un amigo y regreso ¿Si? Pero no te preocupes, Rusia se queda contigo en lo que vuelvo y tú papá dijo que volvía más tarde ¿Está bien? - le dijo la castaña a la pequeña, pellizcando su nariz con cariño, está se sonrojo y asintió conforme.

México abrió la puerta de la casa y Rusia le coloco el abrigo encima para salir con ella cuando sintió el jalón de su suéter, bajo la vista y su pequeña hermana le alzó los brazos para que la cargará, ella quería despedir a México también. El eslavo miro a su novia quien sonrió enternecida y le hizo una ceña con la cabeza haciéndolo suspirar, tomo su abrigo y cubrió a su hermanita para cargarla en brazos y salir con ella al exterior.

Alemania estaba de pie al lado de su auto, con las manos en los bolsillos de su abrigo y pateando ligeramente la nieve suelta del suelo. Alzó la vista cuando escucho los pasos de Mexico y  Rusia acercarse, una sonrisa bailo en su rostro cuando vio a la hermana pequeña de su amigo en sus brazos.

Vivir una mentira. RusMex +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora