Vivir una mentira. RusMex +18

Capitulo 43.

ADVERTENCIA!

En este capítulo verán situaciones de violencia sexual, explicito en cierta forma, si desean saltar esa escena solo vean hasta que los corazones terminen ❤️ los amo!

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Vajillas caras, joyería costosa, oro, plata y brillos de diamantes por todos lados. Esa había sido su infancia. No se podía quejar, siempre había tenido todo lo que deseaba, desde niño.

Si en algún momento quería algo que para su corta edad era imposible tener, solo hacía falta falta pedírselo a su padre de manera "poco convencional para un caballero" y lo obtenía.

Pero aquello no evitaba su soledad.

Criado desde la más tierna infancia por múltiples niñeras que iban y venían de su enorme, fría y solitaria mansión como un desfile en el cual a veces ni se grababa los nombres de cada una, se sentía terriblemente solo. Sus pesadillas eran siempre causa de llanto, con miedo, se levantaba siempre a gritos, buscando a su niñera o a alguien que le ayudará a olvidar aquellas horribles escenas que lo aterraban tanto.

Solo tenía 6 años, merecía mínimo un abrazo ¿No?

- Llorar y gritar en la madrugada no es propio de caballeros, Inglaterra - le acusaba siempre su progenitor con rigidez mientras tomaba su te, sin siquiera dirigirle una mirada a los ojos hinchados del pequeño niño.

- Al diablo con la caballerosidad - susurro el pequeño niño una noche en la que se levantó alarmado por sus pesadillas, sabía que nadie acudiría a ayudarle, sabía que en esa mansión no le interesaba realmente a nadie, era absurdo que alguien le dijera algo si se levantaba con la excusa de tomar un poco de agua ¿Verdad?

Con pasos vacilantes y temerosos, caminaba por el enorme, lugubre y frío pasillo cubierto con una costosa alfombra y cuadros caros en la pared cada 5 metros. Las puertas cerradas parecían interminables, el pasillo parecía alargarse cada vez más, comenzaba a asustarse y si se asustaba, comenzaría a gritar, pero sería inútil, nadie vendría a socorrerlo, lo sabía.

El ruido de unos quejidos le erizo la piel ¿Que había sido aquello?

Con pánico, sopeso la idea de correr de vuelta a su habitación y esconderse bajo las sábanas, pero su curiosidad infantil pudo más que su miedo al escuchar la voz ronca de su padre entre susurros. Los ruidos venían desde la puerta de la habitación de su padre.

¿Y si él también tenía pesadillas y estaba a punto de despertar entre gritos como el?

De ser así, Inglaterra quería estar con su padre, quería demostrarle que a él le preocupaba mucho su bienestar, así tal vez su padre podría acompañarlo a el cuando se despertara por pesadillas. Si, seguro era por eso que nunca acudía hasta el por más que gritara y llorará, seguro su padre sentía tanto miedo por sus propias pesadillas que no podía ni levantarse de la cama para ir con el.

Pues Inglaterra sería quien rompería aquel miedo.

Sin vacilar, el pequeño tomo el pomo de la puerta decidido, pero se abstuvo de abrirla de lleno cuando al otro lado se escuchó un quejido en voz de una mujer ¿Que hacia una mujer en el cuarto de su padre? ¿De que se estaban quejando?

Con delicadeza, el pequeño giro el pomo sintiendo su corazón a mil por hora, con las palmas de las manos sudorosas y temblando, abrió la puerta lentamente de modo que solo su carita se asomo dentro de la habitación.

¿Que estaban haciendo? ¿Que hacia su niñera en el cuarto de su papá? ¿Que hacían desnudos?

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