Esta es la historia de un chico conocido como Izuku Midoriya, el cual desea más que nada en el mundo ser un héroe. Lamentablemente, él pertenece al 20% de la población que no tiene alguna habilidad especial.
Pero, su destino cambiará para siempre c...
Actualmente era de noche; y nuestro querido protagonista se encontraba durmiendo en un cuarto en la agencia de Sir Nighteye, junto a la pequeña Eri; ya que este se dio la tarea de quedarse junto a Eri para cuidarla y que no estuviera sola.
El lugar se encontraba totalmente oscuro y silencioso. La única luz que alumbraba aquella habitación, era la luz de la luna que pasaba a través de la ventana. Izuku se encontraba plácidamente dormido en su futón, hasta que...
Eri: ¡AAAHHHHH!
Izuku: (despertando de golpe) ¡¿Eh?! ¡¿Qué?! ¡¿Eri-chan?! ¡¿Qué te pasa?!
Al escuchar de pronto ese repentino grito, Izuku rápidamente despertó y volteó a ver a la pequeña Eri para saber por qué había gritado; y en eso, Izuku la pudo ver sentada en su cama asustada, mientras aún tenía los ojos cerrados; indicando así que estaba teniendo una pesadilla.
En ese instante, Izuku rápidamente la abrazó para tratar de tranquilizarla.
Izuku: (abrazándola) Tranquila, Eri-chan, cálmate. Es sólo una pesadilla. Ahora estás a salvo.
Luego de algunos segundos, Eri finalmente se tranquilizó para después comenzar a llorar aún dormida y en silencio.
Eri: (durmiendo y llorando) Por favor, no me hagan daño... Por favor...
Aunque estuviera dormida, Eri se aferraba fuertemente al peliverde y lo abrazaba como si este fuera a desaparecer.
Izuku: (tranquilizándola) Tranquila. Ya estás a salvo. Ya todo está bien... Ya estoy aquí...
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Era un nuevo día en la ciudad de Japón. Hoy se llevaría a cabo una reunión en la agencia de Sir Nighteye para tratar el asunto con Overhaul y el Shie Hassaikai. Pero eso se daría más tarde. Por ahora, nos enfocaremos en lo que está haciendo nuestro querido protagonista, el cual se encontraba dormido en una habitación medio vacía en la agencia de Sir Nighteye, junto a la pequeña Eri; esto debido a que Izuku se quedó con ella toda la noche para cuidarla. Y ahora mismo, podemos observar a la pequeña Eri acurrucada junto al peliverde, el cual la estaba abrazando de una manera tierna y protectora; como si de un padre protegiendo a su hija se tratara.
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