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La cama está cálida, las sábanas suaves bajo mis dedos y las mantas ahuecadas alrededor de mi cuerpo. Es tan suave que pienso que estoy descansando encima de una nube. La luna y la lámpara de noche amarilla son las únicas que iluminan mi habitación.

La ventana estaba abierta, y puedo oír la lluvia junto a sus relámpagos.

No siento miedo por ello, pero luego parpadeo, girando la cabeza para mirar por la ventana...

Y encontrarme con el rostro de Damon saliendo por ésta.

Me asusté al verlo, y abracé una almohada, mientras veía como él sacaba una pierna por la ventana, para luego, entrar por completo al cuarto.

Él se me acercó con su pelo, ropa, y hasta el rostro, empapado ligeramente por la lluvia, y se inclinó para darme un beso frío en mi nariz.

Al cerrar los ojos y regresar a parpadear, instantáneamente, me dí cuenta que Damon desapareció y que era un nuevo día.

Por esa razón me levanté de mal humor. Ese momento tan precioso que me hizo feliz anoche, había resultado ser un sueño...

Por ello, lo anoté en mi diario con furia.

Me sentí tan tonto de haber creído que ese suceso había ocurrido en realidad.

Me agobia, me afecta no tenerlo a mi lado.

Solté unos gruñidos, a la vez que me estaba dirigiendo a las escaleras porque me estaban llamando para comer.

Según mi mamá, las personas como yo, a menudo no son conscientes de que sus dificultades se deben a un trastorno mental que requiere atención médica. Así que, ella es la que debe conseguirme ayuda.

Mi familia, cuidadora de mí, presenta malestar emocional, la comunicación se torna disfuncional, y consecuentemente las relaciones que tratan de generar conmigo dan como resultado... una sobrecarga terrible para mí.

Ahora me ubicaba en la mesa, almorzando papas con carne en la mesa junto a mi familia.

Mi comida favorita eran las papas fritas, pero más aún, las papitas felices. De esas que son redonditas y que tienen una carita alegre.

Me gusta dibujarles con el kétchup un bigote, y devorarlos en un bocado.

Pero en esta ocasión, sólo las estaba bañando en abundante ketchup, y haciéndolas puré, usando mi tenedor para aplastarlas con enojo.

Mi mamá se percató de esto, y dejó de comer abruptamente.

--¿Hijo, te pasa algo?-- me preguntó preocupada.

Yo no la miré, y seguí aplastando las papas. Formando un puré anaranjado con ellas.

--Si yo no soy feliz, las papas tampoco lo serán...-- dije teniendo un respiración errática. Ni siquiera aún había comido algo del plato.

Mi madre miró el reloj de la cocina, y miró a mis hermanos.

--Noel, trae los medicamentos para acá...--

Mis manos comenzaron a temblar en cuanto dijo esas palabras.

Noel dejó sus cubiertos en el plato, y trajo de inmediato, el bolso de mis recetas medicinales, y buscó hasta hallar una caja rosada con mis pastillas.

Mi mamá se levantó de su asiento, y me obligó a abrir la boca, para tragarme la píldora sin agua.

Luego de eso, me negué a comer, y me retiré de la mesa para caminar hasta el sofá a ver algo entretenido por la televisión.

Al final, me quedé pegado a ala pantalla toda la tarde viendo una película romántica llamada "Torrente Pasional" en donde actuaba Marilyn Monroe.

No era mucho de ver cosas en la televisión, prefería mil veces estar en contacto con la naturaleza atrapando sapos, en vez de estar sentado horas observando la tele.

Al terminar de ver la hermosa película, me fuí a mi cuarto a dibujar en mi diario, y recortar pedazos de papel, para después, prepararme con mi pijama a descansar.

Me voy a dormir, sin antes, buscar debajo de mi cama una caja de zapatos, en donde guardaba a mi peluche Puki...

Desde que Noel con su navaja, le había hecho una circuncisión en su estómago, se le había salido gran parte de su relleno de felpa.

Metí lo mejor que pude su relleno en su barriga, y lo metí conmigo a la cama.

Abracé a mi ranita, y en mi mente imaginé que es mi persona favorita, Damon.

Lo deseaba, y ese ya no era secreto alguno. Mi deseo parecía una peste consumiendo mi cabeza por dentro, devorando todo como un perro hambriento.

Lo pensaba a cada hora, a cada momento, y le seguía de cerca cada movimiento sin perderme ninguno cuando lo espiaba en las calles.

Por supuesto, cada nuevo día se hacía cada vez más difícil para mí.

Sin la presencia de Damon conmigo, sentía como si no pudiese hacer ninguna actividad, lo necesito demasiado ahora mismo.

Él era el único capaz de tranquilizarme, de curarme, de entenderme, de hacerme sentirme bien. .

Siento que no estoy completo del todo sin oír su voz susurradora a través del teléfono.

En todo este transcurso del tiempo, no recibí ninguna llamada de su parte...

¿Cuánto tiempo pasará hasta que sea él mío?

Estos pensamientos me atormentan...

Yo quiero ser su eterno enamorado, y soñar todas las noches con él, lo amaré con mi cariño más sincero y puro.

Sólo quiero eso para seguir disfrutando mi vida...

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J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora