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Aún con las lágrimas secas en mis mejillas, me acosté en la cama, me cubrí con las sábanas, y cerré los ojos.

Mientras intentaba conciliar el sueño, los recuerdos del pasado comenzaron a inundar mi mente...

Me visualicé a mí mismo retrocediendo en el tiempo, reviviendo una escena que siempre había deseado olvidar...

...

Esto había sido hace unos meses atrás, y estaba sentado a la mesa con mi familia.

Como de costumbre, mi mente vagaba en mi propio mundo, yo estaba jugando con los cubiertos en vez de comer la carne con papas que mi madre había preparado.

Mis pensamientos eran mi refugio perfecto, un lugar donde podía ser yo mismo sin las expectativas y críticas de los demás.

De repente, la voz de mi padre, distorsionada y amenazante como una mancha negra en mi memoria, me sacó bruscamente de mi ensueño.

--Liam, deja de jugar con los cubiertos y compórtate como un niño normal...-- gruñó él con un tono lleno de irritación.

Mi rabieta fue inmediata y explosiva.

Tiré los cubiertos al plato con un estruendo y salí corriendo de la cocina, enfadado y herido.

En mi mente, gritaba lo mucho que odiaba estar en esta familia. Preferiría mil veces ser criado por una familia de sapos, que seguir soportando a mi malvada familia.

Mientras corría, el sonido de mis propios sollozos y el latido acelerado de mi corazón llenaban mis oídos.

De repente, sentí una mano fuerte agarrándome del brazo.

Me giré y ví la figura de mi papá.

Su rostro una mezcla de sombras y rasgos difusos en mi memoria.

El miedo me invadió y todo mi cuerpo se tensó.

--¡No te atrevas a irte así!-- me gritó, apretando más fuerte mi brazo.

No había encontrado una oportunidad para escaparme, sólo... quería un momento de paz por una vez.

Y sin esperármelo, el cansancio me golpeó, perdiendo el conocimiento.

...

A los segundos, me desperté en el suelo...

Yo me desperté, con la visión borrosa mientras miraba a mi lado, siendo testigo de cómo mamá y papá discutían una vez más.

Papá se dió cuenta de mi conciencia e inmediatamente me abofeteó.

Nunca me había pegado en su vida.

Esta era la primera vez que sentí mucho dolor.

Mi madre corrió a mi lado, y me abrazó estrechamente de manera protectora.

--¿¡En qué estabas pensando saltándote la cena y huyendo!? ¡Tonto!-- las palabras de mi papá cargadas de ira, resonaron mis oídos.

--¡Cálmate! ¡Es sólo un niño! ¡No puedes presionarlo tanto!-- exclamó ella furiosa.

--¡Él ya no es un niño! ¡Te encargaron supervisarlo, pero ni siquiera pudiste hacerlo! Como era de esperar, Liam se parece a tí... ¡Así que no es de extrañar que sea un fracaso!--

Mi campo de visión se volvió aún más borroso antes de que me diera cuenta.

Me ví obligado a sumergirme nuevamente en la oscuridad, y las voces de mis padres se volvieron audibles.

...

Inmediatamente, un dolor de cabeza punzante me atacó, mientras siseaba de dolor.

Me desperté de golpe, mi respiración agitada y mi corazón latiendo con fuerza.

Me abracé a mí mismo, sintiendo una mezcla de miedo y tristeza.

Miré a mi alrededor y vi el cuarto oscuro, el reloj en la mesita de noche marcaba las cuatro de la mañana.

El sueño había sido tan vívido, que me costaba trabajo distinguir la realidad de la pesadilla.

Me levanté inquieto y caminé hacia la ventana, mirando la tranquila calle nocturna.

El silencio y la oscuridad me envolvieron, dándome una sensación de soledad, pero también de calma.

Los recuerdos de mi padre siempre eran dolorosos, un recordatorio constante de una época de mi vida que preferiría olvidar.

Yo sabía que no podía cambiar el pasado, pero también sabía que no estaba solo.

Tenía a mi madre, a Damon, y a mis pequeños sapitos del parque. Esas conexiones, aunque a veces parecieran frágiles, eran lo que me daban fuerzas para seguir adelante.


Después volví a mi cama, sintiendo una calma renovada.

Me acomodé bajo las sábanas y cerré los ojos, concentrándome en la sensación del cariño de Damon y el amor de mi madre.

Con esos pensamientos en mente, finalmente comencé a quedarme dormido, dejando atrás los recuerdos dolorosos, y abrazando la esperanza, y la alegría que había encontrado en mi vida presente...

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J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora