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Era una fría y helada noche, eran las cuatro de la mañana y yo estaba sentado en la alfombra de la sala de estar con una vela pegada en un platito.

Revisaba el álbum de fotos y vinilos que tenía Noel de los Stone Roses y The Smiths que él había comprado ayer, luego de salir de mi sesión con mi pediatra.

Él era bastante fan de aquellas bandas, y no me permitía tocar ninguna de sus cosas. Sin embargo, era muy curioso y necesitaba objetos para distraerme y perderme en sus pequeños detalles minúsculos.

No hay mucho qué decir sobre las cosas que tengo atrapadas en mi mente.

Tocaba y miraba muy de cerca los vinilos plastificados felizmente, no rompía el plástico, sólo lo tocaba.

Nadie estaba con mi compañía, pero en un rincón de la galería, observé una sombra similar a la que había visto en el cuarto.

Elevé la vela un poco y fruncí la vista.

La luz se proyectó de manera desacostumbrada en el lugar, y la sombra fugitiva pareció disgregarse, y recomponerse con idéntica extrañeza.

Sentí un golpe en el pecho cuando apareció Noel y me asustó por detrás, agarrándome de los hombros firmemente.

El susto fue tal, que unas gotas de cera líquida se derramaron en mi muñeca y me hicieron arder la piel.

Él me golpeó con un cassette en la cabeza y me regañó con ojos furiosos, mientras se dirigía a prender una lámpara del living.

--¿Qué te dije de tocar mis cosas, Liam? ¿Nunca vas a hacerle caso a tu hermano mayor?--

La habitación en la que estaba totalmente a oscuras, ahora tenía algo de luz, sólo apenas se podía apreciar un poco con claridad la cara de mi hermano.

--También arréglate ese terrible cabello despeinado que siempre traes y esa cara de perro triste, en serio das vergüenza...--

Mi comportamiento desorganizado provocó que Noel estuviese teniendo odio y repudio sobre mí, otra vez.

--Perdóname por ser así... Te prometo que no lo volveré a hacer-- Me disculpé, agachando la mirada, mientras arreglaba mi cabello con mis manos.

Siempre quise que Noel fuera respetuoso, considerado, y amable al hablar conmigo para que pudiera ayudarme a generar confianza y mejorar nuestra comunicación.

A veces considero a mi hermano como un completo desconocido por tratarme de esa manera...

La boca de Noel estaba cerrada por el enojo, a la par de ordenar los vinilos en su lugar. Y en ese momento, supe que estaba atrapado sin salida, sin excusas creíbles que presentar en su nombre.

Y mientras el día amanecía, no quería estar ahí con Noel.

Noel se rió entre dientes antes de girar sobre sus talones, y apagar la única luz.

Dejándome a mí sólo, temblando en la ligera y sombría oscuridad... Y con mi vela ya apagada.

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