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Estaba sentado en la alfombra del living, con tijeras y papeles esparcidos a mi alrededor.

Estaba actualizando mi diario de sinónimos, algo que solía hacer con regularidad antes de que los sucesos extraños comenzaran a dominar mi vida.

Recortar y pegar palabras era una forma de calmar mis emociones, una tarea simple que me ayudaba a enfocar mis pensamientos.

Mientras trabajaba, me sentí un poco más en paz. El sonido de las tijeras cortando el papel y el suave murmullo de la televisión en el fondo, me daban una sensación de normalidad.

De repente, mi madre apareció en la puerta del living, sosteniendo una taza de té de frutos rojos.

--Te traje esto, cariño-- dijo con una sonrisa cálida, agachándose un poco para dármelo.

Yo le agradecí el té y tomé un sorbo, sintiendo el calor y el sabor dulce y ácido relajándome un poco.

Ella se quedó observando los dibujos esparcidos por el suelo, muchos de ellos mostrando la figura de Damon.

--¿Quién es este chico que siempre dibujas? ¿Es tu amiguito, cierto?-- preguntó mi madre, curiosa. --¿Cuándo podré conocerlo?--

Me tensé y bajé la mirada.

--Nunca, mamá... Damon... no puede conocer a la gente. Él es... diferente-- dije con voz apagada.

Ella frunció el ceño, confundida.

--¿Qué quieres decir con que no puede conocer a la gente? ¿El no es un amigo imaginario?-- preguntó, tratando de entender.

Antes de que pudiera responder un poco ofendido, mi madre notó una marca que tenía en el cuello.

Se acercó más y me apartó el cabello para verla mejor.

--¿Qué es esto, Liam? ¿Cómo te hiciste esto?-- preguntó, alarmada.

Tragué saliva, sintiéndome expuesto. Era la marca que me había hecho él con el cigarro.

--Es una quemadura. Damon me la hizo...-- admití con voz baja.

La preocupación en su rostro, se convirtió en enojo.

--¿Por qué ese chico haría algo así contigo? ¿Quién es Damon realmente?-- exigió saber.

Yo, sintiéndome sin vida, apenas pude sostener la mirada de mi madre.

--Él dijo que debemos estar juntos para siempre...-- murmuré, sintiendo una mezcla de vergüenza y desesperación.

Mi madre, aunque visiblemente enojada, decidió no presionarme más en ese momento. Sabía que yo estaba pasando por algo muy difícil y complejo.

--Voy a dejarte un rato solo, pero necesitamos hablar más sobre esto...-- comentó tratando de controlar su enojo mientras salía del living.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora