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--Mierda, Liam, ¡Calla tu maldita boca! ¡No permites que toque bien los acordes!-- alzó su voz, queriendo maniobrar nuevamente el ajuste de su guitarra.

Noel llevaba hace un rato soportando mi presencia saltando sobre su cama.

Al verlo muy estresado por mi culpa, detuve repentinamente el acto de saltar para recostarme boca arriba, ahora con una respiración jadeante.

Veía el techo pensando en mi querido Damon, quedándome hipnotizado por los recuerdos que he estado compartiendo con él.

No logré hundirme tanto en mi imaginación, ante el horrible y agudo ajuste de cuerdas que estaba haciendo Noel a su guitarra.

Yo cubrí mis orejas por el ruido que afectaba mi audición.

Después de aquél momento, comencé a patalear en la cama, y a distraerme con cualquier objeto a mi disposición.

--¿Te gustan las historias de fantasmas?-- le había preguntado de la nada, con el propósito de relajar nuestro ambiente

--...--

Él no me contestó. Lo cual me dejó en un grado de confusión.

Por lo que, insinué algo más.

--¿Alguna vez... viste uno...?--

Noel finalmente me responde, pero con falta de respuesta emocional:

--No, porque yo no creo en esas estupideces...--

Tragué saliva, y no me moví de la cama. A veces Noel llega a darme miedo cuando se comporta sin sentimientos hacía mí.

--Oh, bueno... Pues... A mí me encantan las historias de fantasmas, espíritus, espectros... Creo que siempre hay algo de verdad en eso... En la estantería de Damon leí un libro que dice que se puede llegar a contactar con los muertos...-- mencionó con tranquilidad, mientras me sentaba con las piernas cruzadas.

Noel negó con la cabeza.

--Deberías enfocarte más en la realidad, no vivir en una nube de delirios con convicciones erróneas sin base verídica. Si continúas hundiéndote en la fantasía, no vas a llegar a ningún lado, Liam. Es un pozo sin fondo...-- se notó su pérdida de interés en su voz.

Luego, aprecio verlo dejando su guitarra apoyada contra la pared, para tomar su abrigo y rebuscar en los bolsillos las llaves.

--¿A dónde te irás, Noel?-- le hablo de una manera curiosa, observándolo detenidamente.

--Voy a un bar donde mis amigos se juntarán esta noche...-- dice dirigiéndose a la puerta.

--¿¡Puedo ir con ustedes!? ¡Te prometo que voy a portarme bien!-- menciono animado, levantándome de la cama alegre, caminando rápidamente hacia él.

Noel aparta su mirada de mí por unos segundos.

--¿Estás loco? ¡Claro que no, Liam! Además, no puedes beber cerveza a menos que seas mayor de edad. También en cierta parte, estás loquito de la cabeza, el alcohol podría empeorar aún más tu enfermedad...--