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La siguiente semana, regresé a la clínica con mi cuaderno de dibujo en la mano. Me sentía nervioso pero también un poco orgulloso del trabajo que había hecho.

Estaba sentado en la sala de espera del consultorio, balanceando las piernas con un ritmo alegre, mientras observaba el dibujo que sostenía en mis manos.

La imagen mostraba a mi único amigo, Damon. A mi lado, mi madre me observaba con una mezcla de preocupación y cariño.

Cuando el pediatra llamó a mi nombre, me levanté rápidamente, dejando a mi mamá en la sala de espera.

Entro en la consulta con una sonrisa tímida, como lo siempre hacía, y me senté en la silla frente al escritorio del Dr. Harris.

Cuando finalmente fue mi turno, él me recibió con una sonrisa.

--Hola, Liam... ¿Has traído el dibujo de Damon?--

Asentí alegre y le entregué el cuaderno.

El hombre examinó el dibujo con interés, de seguro notando los detalles meticulosos y la profunda conexión emocional que yo había plasmado en el papel.

--Es un dibujo muy bueno, Liam. Puedo ver que Damon es muy importante para tí...--

Me sentí validado y, por primera vez, me abrí un poco más sobre mi relación con Damon.

Hablé de cómo Damon me ayudaba a lidiar con mi transtorno y de hacerme feliz.

El Dr. Harris escuchó atentamente y luego hizo una sugerencia, mientras me devolvía el dibujo.

--¿Cómo te has sentido desde la última vez que nos vimos?--

--Bien...-- respondí en un tono suave pero lleno de entusiasmo.

El pediatra asintió, manteniendo su expresión amable.

--¿Y has intentado hablar con otros niños de la sala?--

Bajé la mirada, mi sonrisa se desvaneció un poco.

--No quiero hablar con ellos. Damon es el único amigo que necesito...--

El pediatra suspiró suavemente, consciente de lo delicado de la situación.

--Liam, es importante que intentes socializar con otros niños. Damon puede ser tu amigo, no te pido que lo reemplaces, pero también sería bueno que tuvieras más amigos cercanos...--

Me niego con la cabeza, aferrándome al dibujo.

--Ya le dije que Damon me entiende. Los otros niños no lo hacen...--

El doctor decidió no insistir en el tema por el momento.

--Hablando de Damon, ¿Me lo describiste como te lo pedí?--

Dije que sí y le extendí un papel doblado en donde lo había escrito. Mis ojos estaban brillando con orgullo.

--¡Aquí está!--

El pediatra tomó la hoja, la abrió, y lo observó detenidamente.

Al principio, sonrió al ver el detalle y el esfuerzo que le había puesto en él.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora