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Estaba en un lugar maravilloso...

Me encontraba tumbado en el campo recurrente de mis sueños, mirando las nubes en el cielo de un color naranja amarillento, tratando de ver alguna forma misteriosa en ellas.

Hasta cuando un pétalo de blanco comenzó a bajar de una de las nubes lentamente, que aterrizó en mi nariz y me hizo cosquillas.

Lo agarré con cuidado y lo examiné.

Al dejarla caer al césped, de repente cambió de forma, convirtiéndose en la figura de un hombre. Era Damon, con su abrigo opaco favorito y con su mirada ferviente.

"¿Te importa si me acomodo contigo?" preguntó a mi lado, recostándose sobre la suave hierba.

Él dibujo una sonrisa hermosa en el momento en que yo asentí con la cabeza lleno de alegría.

"¡Claro!" digo, dando palmaditas en el césped para indicarle a Damon que se acercara a mí. 

Al principio pareció dudar, pero rápidamente se puso al lado mío.

"¿Sabes? después de conocernos, he estado pensando en algo..." reflexionó rascándose la mejilla.

Yo tarareé una canción felizmente, mientras veía pasar las nubes.

"¿Y en qué pensaste?" pregunté con la atención todavía centrada en el cielo naranja.

Damon no dió una respuesta verbal en absoluto.

En cambio, giró mi rostro hacia el suyo y tomó mi mano para darme un beso en ésta. Yo estaba perplejo.

Tal vez fue el surrealismo del sueño, pero la boca de Damon se sintió demasiado caliente y reconfortante en mi piel. Yo temblé del dolor, ya que me había dejado una quemadura en mis manos por sus labios.

"Supongo que deberías regresar a casa, William" me susurró para levantarme del césped, con la misma mano en la que me había besado.

Cuando Damon me llevó a mi casa, lo invité a entrar, ya que estaba vacía de mis familiares.

Por alguna extraña razón, en mis sueños nunca aparecían ni mis hermanos, ni mi madre...

El caso, Damon aceptó sin problemas, y lo primero que hicimos fue a qué me enseñe a cómo preparar mermelada casera en casa.
Yo tuve miedo porque nunca me dejaron tocar la cocina, pero Damon me dijo que él tenía experiencia y que no me preocupara por lo que podría llegar a pasar.

Mientras estaba revolviendo suavemente, con una cuchara de madera, la mermelada de moras, miré a Damon que estaba a mi lado cortando con un cuchillo unas fresas en una tabla de madera.

Sin embargo, cuando mandé mis ojos devuelta ala olla para seguir revolviendo la fruta con el azúcar...

Percibí el repentino ruido agudo y desgarrante del metal cayendo al suelo.

Me volteo, dejando la cuchara de un lado, para encontrarme con la escena de Damon goteando sangre de su mano. Damon se había quedado sin palabras, y me observó despectivamente con los labios apretados.

Pareciera que el corte no le provocó algún daño o condolencia... Estaba relajado, pero congelado.

--¡Ay, perdóname! No era mi intención darte un cuchillo tan afilado... ¡En verdad, lo siento mucho!-- dije alterado de los nervios por sentirme culpable de lo que había pasado.

Damon sólo se cubrió la palma con la otra mano para detener el sangrado, y me miró tranquilo.

--William, está bien, no hiciste nada malo... No te disculpes...-- mencionó, sonriendo con ternura.

Él sí sabía como calmarme en un santiamén con unas simples palabras y pequeños cariñitos que me ofrecía.

No contesté nada, sólo estábamos él, y yo mirándonos fijamente con el sonido de las burbujas de la mermelada a fuego bajo.

Había mucha tensión de por medio por lo que yo hablé, rompiendo el hielo de una vez.

--Damon... ¿Me prometes que cuando me esté derrumbando, no te irás... Y dirás que te quedarás por siempre en el tiempo de mi vida?-- le confesé esperanzado, mirándolo a los ojos.

Ya que si miraba hacia abajo, apreciaría las gotas rojizas de su organismo pintando el suelo de la cocina.

--Yo...--

Él pareció querer hacer una mueca antes de hablar, y lo interrumpí:

--Sinceramente, no quiero que seas una etapa de mi vida... quiero que seas para siempre... ¿Entiendes?...-- expresé con una repentina tristeza en mi voz.

Damon arqueó las cejas.

--Liam, yo...--

Antes de que Damon respondiera, fuí despertado de una manera turbulenta, gracias al fuerte sonido de un rayo.

Mi cara estaba sudando un poco, y sentía la garganta seca, mientras me levantaba de la cama en mi habitación oscura para ver desde mi ventana...

La terrible tormenta que se había desatado afuera.

Realmente quería saber qué me iba a decir Damon...

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J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora