• °63° •

25 3 0
                                    

Sentado en la alfombra de la sala de estar, con la sopa de calabaza y tomate humeante frente a mí, intentaba concentrarme en la película de Marilyn Monroe en la pantalla.

La pantalla en que teníamos en casa era en blanco y negro, y eso me hacía adentrarme más como si estuviera en aquellas épocas de los cincuentas.

Cada cucharada de sopa era un esfuerzo por distraerme de los eventos de la noche anterior en la bañera, donde una sensación aterradora y paralizante me había dejado temblando.

Mientras miraba a Marilyn Monroe, mi madre se acercó detrás de mí en silencio.

Sin decir una palabra, me acarició la cabeza suavemente y dejó un vaso con agua y mis dos pastillas en un platito en el suelo junto a mí.

Después, se fue a su habitación, dejándome solo con mis pensamientos y la película.

Traté de enfocarme en la película, de dejar atrás lo que había pasado, pero mi mente no dejaba de regresar a esos momentos de terror.

Pensé en dibujar un poco ya que tenía unos papeles y lápices de colores al lado mío, pero sinceramente no me surgieron las ganas.

Terminé la sopa y, con algo de reticencia, tomé mis pastillas con un trago de agua.

Me recosté sobre los cojines, dejando que el sonido de la película llenara la sala.

De repente, escuché unos pasos afuera...

Me pregunté quién podría ser, ya que toda mi familia estaba dentro de la casa, y usualmente muy poca gente vendría a visitarnos a esta hora.

Bajé el volumen de la película y me levanté sigilosamente, caminando hacia la puerta principal.

Al acercarme, ví algo que no esperaba...

Una hoja amarillenta deslizándose por debajo de la puerta.

Me agaché rápidamente y la recogí.

Al leerla, sentí una bocanada de felicidad renovada.

"¿Me extrañas, William?" decía la hoja.

¡Damon estaba detrás de la puerta!

Quería abrirle, pero mi madre había prohibido las llaves, dejándome sin salida.

Rápidamente fuí hasta la sala de estar donde había dejado mis lápices y me senté delante de la puerta.

Escribí detrás de la hoja:

"¡MUCHO, TE NECESITO!"

Deslicé el papelito debajo de la puerta y esperé, mi corazón latiendo con fuerza.

Al poco tiempo, una nueva hoja se deslizó por debajo de la puerta.

La tomé ansioso y leí:

"Yo te ayudaré a escapar de casa. Solamente debes hacer lo que yo te pida :)"

Sonreí por el detalle de la carita feliz y dí unis pequeños brincos de alegría.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora