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Sentado en el sofá de la sala de estar, no podía dejar de pensar en las cosas que había encontrado en la casa de Damon.

Todo era raro, y lo peor es que quería volver a infiltrarme para descubrir más secretos.

Las agujas y jeringas, los frascos de sustancias extrañas, y la caléndula que Damon me había regalado, rondaban en mi mente.

Tocándome la mejilla donde Damon me había besado, decidí que tenía que declararme.

Ya era el momento. No pensaba que sería rechazado... después de todo, ya nos habíamos dicho "te amo", aunque no como pareja.

Me levanté del sofá y fuí al refrigerador a buscar otra gelatina que mi mamá había hecho, esta vez de uva.

Mientras subía las escaleras con la gelatina y una cuchara en mano, pensé en escribir en mi diario.

Entré a mi cuarto y miré la caléndula que dejé en vaso con agua encima de mi mesita de noche, recordando el momento en que Damon me la había entregado.

Tomé mi diario, me senté en la cama y comí un poco de gelatina antes de abrirlo.

Al pasar las páginas rápidamente, me encontré con algo que no esperaba...

Una postal que una vez había escrito para Damon, con la intención de quemarla para que nunca la leyera.

La nota decía así:

"Quiero escribirte una carta, pero no sé cuál será la palabra que reemplace a tu nombre.

Ya sé, AMOR, ¡Qué divina palabra!

¿Cuántos significados hermosos encierra! ¿No?

Comienzo a escribir esta carta que jamás recibirás, porque tú no sabes, ni quiero que lo sepas, que «Te amo».

Amor... Tú eres quien me despierta todas las mañanas, pero al abrir los ojos, no te tengo a mi lado, ni siento tu voz.

Amor... Por ti, más de una vez me encontraron llorando... ¿Pero cómo decirte?

¿No te lo dicen mis propios ojos si cada vez que te veo, ellos brillan más?

Amor...

Ahora no sé cómo despedirme de ti, ¿Con un simple adiós?

No, es muy poco.

¡Ya sé! Quereme porque yo te quiero, Amor, y como te dije al principio, no quiero que recibas esta carta, es por eso que ya mismo la quemo.

Y que esas cenizas simbolicen la pureza de mi amor por tí.

¡Te quiero tanto que no quisiera causarte daño!

Nada más te digo que te amo con locura y ternura... ¡¡TE AMO!!"

Me apené al recordar que nunca terminé de quemar la carta, y cuánto esfuerzo había puesto en escribirla.

Guardé la postal en el bolsillo de mi jean y saqué un mechero de mi mochila.

Salí de mi casa y caminé hasta el parque, buscando un lugar especial en el parque en donde una vez me había quedado dormido todo el día.

Sin embargo, al llegar, ví mucha gente nuevamente.

No era correcto ni seguro incendiar algo ahí.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora