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Noel estaba parado frente a mí en la sala con un peluche de perrito en las manos.

--Toma, es para tí..-- dijo Noel, tratando de sonar amable.

Yo miré el peluche, pero sacudí la cabeza.

--No, gracias...-- respondí tímidamente.

--Anda... tómalo, por favor... Es un remplazo para tu otro peluche de sapo que tenías...-- comenta, asomándome el peluche más a la cara. --Mira que bonito qué es este... ¿En serio no lo quieres?--

Para nada reemplazaría a Puki...

De ninguna manera... 

Llegó muy tarde para ofrecerme un nuevo peluche.

Damon ya se encargó de arreglarmelo.

--¡Ya te dije que no!-- le grité, cruzándome de brazos.

Noel gruñó, y se sujetó de la tela de la ropa.

--¿¡Por qué no me dejas ser bueno contigo por una maldita vez!?-- Noel frunció el ceño, su paciencia estaba agotándose. --¡Acepta el peluche!--

--¡No lo quiero!--

Él me suelta, y deja al perrito encima de un mueble bastante alto.

--Está bien, Liam, con esto queda claro que eres imposible de querer tan sólo un poquito. Con razón todos tus compañeros te odiaban en la escuela...--

Yo me cruzo de brazos, y balbuceo enojado:

--No todos me odiaban...--

Noel se acerca a mí, y me sujeta de los hombros.

--¿Ah, sí? ¿Y entonces por qué no conseguiste ningún amigo?-- me dice cruelmente, sabiendo el filo de sus palabras.

Me quedé sin voz en aquel instante.

--Tuve uno, Noel, pero él me hizo cosas malas... Mamá me dijo que no lo menciones, ni me hagas hablar del tema...-- le digo en tono desanimado, recordar lo que me había pasado allí me hace sentir fatal.

Noel parece no hacerme caso, y finalmente se aleja de mí.

Él se va a la cocina, y aún dándole la espalda, escucho el sonido de unas tazas. Después de unos segundos que me mantuve quieto de brazos cruzados, Noel regresó a hablar:

--¿Por qué siempre tienes que ser tan difícil, Liam? Es imposible amarte. No sé como hace mamá... Pareciera que sólo te ama y te consuela por lástima...--

Esas palabras atravesaron mi pecho como un cuchillo.

Sentí cómo las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos y, sin decir nada más, subí corriendo a su cuarto.

Cerró la puerta detrás de él y se dejó caer sobre su cama, llorando.

Después de unos minutos, comencé a calmarme.

Hay momentos en los que sólo tengo que recostarme...

Ya que siento que todo me es demasiado.

Se recostó boca arriba en la cama y pensó en algo, en el único lugar donde podía expresar sus sentimientos sin ser juzgado...

Cuando me siento ansioso, sólo puedo acudir a mi diario.

Mi querido diario... Así que dibujar y escribir me ayudaría a sentirme mejor....

Me levanté perezosamente, y busqué mi preciado diario, colocándolo en mi cama junto con varios lápices de colores que agarré de mi escritorio.

Pero antes...

Quise mirar la última página que tenía corazones...

Recuerdo que esos corazones aparecieron, la vez en la que Damon ingresó a mi cuarto para entregarme mi diario que había olvidado en su casa.

Abrí la tapa, y comencé a buscar entre las páginas...

Sin embargo al encontrarla, me dí cuenta que el rojo del cual estaban pintadas, se había vuelto de un color oscuro, un rojo marrón...

Qué raro...

Por lo que yo sé, la tinta no cambia de color.

En fin, no importa, dibujaré en otra página muchos sapitos lindos, ya que hace rato que no los dibujo.

Con determinación, comencé a trabajar en un dibujo de un sapo grande, algo que siempre me había costado mucho, pero en lo que quería poner todo su empeño.

Pasaron los minutos, y yo me concentré tanto en los detalles del dibujo, que había encontrado una especie de consuelo en la tarea. 

Finalmente, logré terminar el dibujo del sapito. 

Lo miré con satisfacción, deseando poder mostrárselo a alguien que lo apreciara. 

Sin embargo, sabía que nadie en mi familia le prestaría atención, mis hermanos estaban demasiado ocupados, y mi mamá no estaba en casa.

Tampoco a ningún amigo presente...

Por lo que recuerdo en las pocas veces que estuve con otras personas, nunca he sentido que encaje con otros niños de mi edad, es que nunca me ha gustado lo mismo que a ellos, lo cuál está bien... 

Pero a veces, quisiera tener un grupo de amigos que me entiendan, quisiera caerles bien... tal como soy...

Aunque, sinceramente me conformo con Damon...

Damon era mi grupo de amigos que quizás quisiera tener...

Me quedé un rato más en la cama, contemplando mi obra y pensando en él. 

Cada vez que pensaba en Damon, sentía una calidez que le aliviaba el dolor. 

Damon era mi refugio, mi lugar seguro. 

Recordé las veces en las que nos abrazamos y la sonrisa de Damon cuando escribió mi nombre en el árbol. 

Me sentí un poco más tranquilo, sabiendo que Damon siempre estaba ahí para mí, aunque fuera sólo en mis pensamientos...

Con esos pensamientos reconfortantes, cerré mi diario y me acurruqué en la cama. 

Pensar en Damon antes de irme a dormir, me cura el corazón.

A mí ninguna distancia me va a impedir que lo adore con toda mi alma...

Aunque las palabras de Noel aún me dolían, la imagen de Damon y los momentos felices que habíamos compartido me dieron la fuerza para seguir adelante. 

Mientras me quedaba dormido, me prometí a mí mismo que buscaría más momentos de felicidad, incluso si tenía que crearlos yo mismo, con Damon en mi corazón.

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J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora