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La noche estaba en su punto más oscuro cuando
me deslicé fuera de la cama, con el corazón
palpitando de emoción y nerviosismo.

Mi familia dormía profundamente, y mis hermanos mayores no estaban en casa, lo que hacía más fácil escabullirme.

Miré el reloj, y eran las dos de la mañana. Era el momento perfecto para escapar.

Con sigilo, me deslicé por la casa y salí por la puerta.

La fresca brisa nocturna me envolvió, y empecé a correr por las calles silenciosas del vecindario. La sensación de libertad y el aire frío en mi rostro me llenaban de una euforia indescriptible.

No había nadie en las calles, sólo las sombras y yo.

Llegué a la casa de Damon con el corazón latiendo
con fuerza.

Toqué la puerta suavemente, rezando
para no despertar a nadie más...

La puerta se abrió apenas un poco, lo suficiente para que Damon me jalara adentro.

Me abrazó fuertemente y, para mi sorpresa, empezó a olerme mi cabello y parte de mi cuerpo, respirando profundamente mi aroma.

Me sonrojé, sintiendo una mezcla de vergüenza y cosquilleo.

--Lo siento si parezco pervertido...-- dijo
Damon, soltándome con una sonrisa nerviosa. --Me gusta mucho la fragancia de tu cuerpo...--

Tratando de disimular mi rubor, intenté cambiar el tema.

--Es una colonia que había dejado de usar hace rato... ¿Te gusta?--

Damon me miró con una expresión traviesa.

--No me refería a tu colonia, William. Me refería al olor natural de tu cuerpo. Me encanta...--

Mis mejillas se pusieron aún más rojas, y evité su
mirada.

--Oh, eso... es un poco embarazoso--

Damon se inclinó y me dió un beso en la nariz.

--Vamos, aprovechemos que es madrugada para ir al parque. No hay nadie allí a esta hora...--

Me pareció una idea fantástica.

Asi que salimos de la casa y caminamos por las calles desiertas, disfrutando de la tranquilidad, el silencio, y la complicidad del momento.

En el trayecto, corríamos y hacíamos carreras,
riéndonos como niños.

Cada instante junto a Damon era mágico.

Llegamos al parque, que estaba completamente
vacío.

Y cuando nos adentramos más a profundidad, Damon me preguntó a cuál juego quería ir primero, si a los columpios o al tobogán.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora