• °65° •

16 3 0
                                    

Me desperté con los rayos del sol que se colaban por las cortinas.

Mi madre estaba de pie al lado de mi cama, con una expresión que mezclaba preocupación y firmeza.

--Liam, es hora de levantarse. Tenemos una cita con el pediatra...--

Por un momento, pensé en protestar, pero mi mirada se desvió hacia la pequeña bolsita de caramelos que sostenía en su mano.

Sin decir una palabra, me la entregó.

La acepté con un asentimiento y dejé de lado mis berrinches matutinos.

Desde el día en que mi madre entró a mi habitación y confiscó mis pertenencias, incluida mis dos diarios íntimos, algo en ella había cambiado.

No pregunté por mis diarios, temía la respuesta. Pero su comportamiento había pasado de ser cariñoso a uno más serio y distante.

Las reprimendas se habían vuelto escasas, y aunque no podía decir que extrañaba sus regaños, la ausencia de su afecto me hacía sentir solo.

Mientras estábamos en el taxi camino al pediatra, miré por la ventana y dejé que mis pensamientos divagaran hacia recuerdos más agradables...

Principalmente los besitos que Damon y yo nos habíamos dado.

La memoria de esos momentos traía una mezcla de calidez y tristeza.

Al llegar a la clínica, intenté tomarle de la mano a mi madre, pero enseguida me soltó.

--Liam, eres muy grande para tomarme de la mano-- dijo con un tono desapasionado.

Asentí, avergonzado, y seguimos caminando hacia la recepción.

Nos dirigieron a la sala de espera, donde me senté y comencé a desenredar la bolsita de dulces, comiendo uno tras otro con felicidad.

Mi madre me observaba, su mirada distante pero atenta.

El tiempo pasó hasta que escuché mi nombre.

Me levanté y me dirigí hacia el consultorio.

Recordé la última vez que estuve allí, la incomodidad de estar bajo el escrutinio del Dr. Harris.

Me senté frente a su escritorio, y él me recibió con una sonrisa que intentaba ser cálida.

--Liam, ¿Cómo has estado con el encierro severo que te impuso tu madre? Sé que no has podido ver a Damon...--

No quise dar pistas sobre Damon, desconfiaba del Dr. Harris.

--He estado triste...-- contesté desinteresado. --Sólo he salido al parque con Noel y mirando películas viejas...--

El Dr. Harris asintió, como si comprendiera.

--Tu madre me ha dicho que Noel te ha visto un poco más tranquilo cuando estás con gente. Eso es algo bueno, Liam. Felicidades--

Sentí una punzada de enojo al saber que mi madre había estado informándole sobre mi comportamiento. Aun así, traté de no darle importancia y seguí la charla que no quería tener.

La sesión fue terriblemente aburrida, él sólo me había hecho preguntas de como correctamente le tenía que hablar a otra persona, y me dió para jugar otro rompecabezas.

--Bueno, tengo una sorpresa para tí...-- dijo él, sonriendo de manera que parecía forzada.

Mi interés se despertó, así que salimos del consultorio y él me condujo hacia una sala de juegos junto a la compañía de mi madre nerviosa.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora