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Me detuve frente a la puerta de la casa de Damon, mi mochila colgaba de un hombro. Dentro, había guardado meticulosamente dos latas de Pepsi y Coca-Cola, era mi ofrenda para la noche.

Estaba emocionado, casi eufórico, por ver a mi querido amigo. Damon había estado más extraño últimamente, pero eso sólo añadía más atracción que yo sentía por él.

Después de una breve pausa para calmar mi respiración, levanté la mano y toqué la puerta.

La puerta se abrió rápidamente, revelando a Damon.

Estaba impecablemente vestido con una camisa negra y unos jeans oscuros que realzaban su figura atlética. La visión hizo que el corazón de Liam latiera más rápido.

Damon le sonrió, su mirada fija en Liam.

--¡William!-- dijo con entusiasmo. --Te ves genial esta noche--

Sentí mi cara arder y tartamudeo mientras trataba de devolverle el cumplido.

--Tú también, Damon. Siempre... siempre te ves bien...--

Él se rió suavemente y dió un paso atrás, permitiendo que yo entrara. La casa estaba a oscuras, sólo algunos sectores eran iluminados por velas blancas.

El efecto era inquietante y a la vez mágico, haciendo que me sintiera especial al ser invitado a este mundo privado de Damon.

--Ven, subamos a mi cuarto-- comentó cerrando la puerta detrás de nosotros.

El sonido de la cerradura girando resonó en el silencio, haciendo que me sintiera ligeramente incómodo.

Sin embargo, la emoción y el interés por Damon superaron cualquier aprehensión.
Subimos las escaleras en silencio, y al llegar al cuarto, noté la atmósfera sombría y misteriosa que me rodeaba.

Damon cerró la puerta con llave, un gesto que no pasó desapercibido para mí.

A pesar de la creciente sensación de que algo no estaba del todo bien, me senté en la cama, con mi mochila en brazos.

Abrí el cierre y saqué una lata de Coca-Cola y se la ofreció a Damon.

--¿Quieres?-- pregunto, tratando de sonar casual.

Damon aceptó coquetamente, con sus ojos brillando en la penumbra.

--Gracias, William...-- Damon se agachó y sacó una caja extraña de debajo de la cama. --Tengo algo para nosotros también...--

Colocó la caja en la cama y abrió la tapa, revelando un tocadiscos antiguo.

Yo sonreí encantado.

--¡Guau! ¡Un tocadiscos! Yo también tengo uno en mi cuarto--

Él asintió y se dirigió a la estantería, sacando un disco de "The Smiths".

--Vamos a escuchar uno de mis álbumes favoritos...-- dijo mientras colocaba el disco en el reproductor. --Se llama "The Queen is Dead"--

La música comenzó a sonar suavemente, llenando la habitación con sus melodías movidas y melancólicas.

Ambos nos sentamos en la cama, sorbiendo nuestras bebidas y hablando sobre nuestra amistad.

La conversación fluyó naturalmente, y por un momento, la atmósfera inquietante pareció disiparse.

También le agradecí a Damon por el regalo que había encontrado en mi cuarto unos días antes.

J͙u͙s͙t͙ F͙o͙r͙ M͙e͙❧ ≠ •°ᵈⁱᵃᵐ°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora