26. Gritos

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Solo así llego la mañana de Halloween, los alumnos de tercero en adelante irían a Hogsmeade, menos Harry. Con profunda pena despidió a sus amigos antes de volver hacia el castillo.

Pensaba caminar de regreso a su sala común pero se encontró a mitad de camino con Colin Creevey.

- Harry – lo llamo el niño muy alegre - ¿no vas a Hogsmeade?

- No – respondió con toda la amabilidad que pudo reunir, el niño no le caía mal, pero era demasiado ensimoso para su gusto.

- Quieres... - las mejillas de Creevey se colorearon mientras se sostenía las manos tras la espalda y agachaba la mirada - ¿quieres venir a pasar un rato conmigo?

Harry se puso algo azul del pánico, no quería insinuar ningún malentendido con el pequeño chico.

- Debo ir a terminar algunos deberes a la biblioteca – le ofreció una sonrisa cortes antes de despedirse.

Tras alejarse varios corredores se alegró de haber zafado de semejante situación, eso había sido peligroso en cierto grado.

- Harry – lo llamo desde atrás una voz muy familiar - ¿Dónde están tus amigos? – era su tío Remus.

- Hoy es la primera visita a Hogsmeade – le recordó.

Remus lo entendió de inmediato y sintió profunda pena por Harry, pero esto era por su seguridad.

- ¿quieres venir a tomar el té conmigo? – pregunto tratando de distraerlo un poco.

- Claro – Harry se ilumino, le gustaba pasar tiempo con su tío.

Se dirigieron a su despacho donde Remus preparo té y le ofreció unos sándwiches. Harry no dejaba de sentirse algo inquieto.

- ¿te preocupa algo? – indago Remus.

- ¿Por qué me apartaste del Boggart?

- Creí que había quedado claro – Remus lo miro confundido – creí que se trasformaría en Voldemort.

- También lo creí al principio – aseguro Harry – pero mientras pensaba en mi mayor miedo los dementores vinieron a mi mente.

- Ya veo – Remus lo miro con comprensión – interesante, por lo que veo lo que más miedo te da es el miedo, muy sensato.

- Tío Remus – había algo que le había estado rondándole la cabeza desde su primer encuentro con los dementores – ¿puedo preguntarte algo?

- Lo que quieras.

- ¿sabes de dementores?

- Por el puesto que ahora ocupo, debo saberlo

- Yo... - le daba algo de vergüenza contar lo siguiente pues no se lo había dicho ni a su padre – cuando me ataco el dementor en el tren... escuche... algo...

Antes de que pudiera continuar alguien llamo a la puerta.

- Adelante – dijo Remus.

Por la puerta ingreso Severus cargando una enorme copa con el mismo liquido de la vez anterior.

- ¡Ah, Severus! – Remus lo saludo animado – muchas gracias, podrías dejarla aquí en el escritorio.

- ¿Sigues enfermo tío? – pregunto Harry con curiosidad.

- Díselo – hablo su padre – apuesto a que no tardara otro mes en averiguarlo.

- ¿otro mes?

PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora