11. Volver

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Quien encontró del otro lado de las llamas era nada más que el profesor Quirrell, había sospechado de él desde que lo vio peleando con su profesor.

Claro que su profesor le había enseñado bien como aparentar y controlando su semblante dijo con una expresión de confusión.

- ¿Usted?, es imposible, Snape...

- El difícil sospechar de mi cuando un cuervo como Severus está cerca – se burló el profesor Quirrell – quien sospecharía del ti... ti... tímido pr... pro... profesor Quirrell.

- Pero el partido de quidditch, la escoba.

- Yo era quien estaba encantándola, Snape lanzaba un contra maleficio tratando de controlarla, aquella serpiente apareció de la nada y todos los profesores se sobresaltaron empujándome en el acto y desviando mi contacto visual.

Sin previo aviso varias sogas cayeron del techo sobre Harry envolviéndose a su alrededor, frente al profesor Quirrell se encontraba el espejo de Oesed, Quirrell no dejaba de darle vueltas tratando de descifrar como podía sacar la piedra del reflejo.

"Lo que más deseas" pensó Harry, en ese momento lo que más deseaba Harry era conseguir la piedra para que no lo hiciera Voldemort.

Podía escuchar a Quirrell hablando solo y contra todo pronóstico una siniestra voz le respondió.

Haciendo caso a la voz siniestra Quirrell lo desato y le ordeno ponerse frente al espejo, en su reflejo Harry noto como el mismo sacaba la piedra filosofal de su bolsillo para luego volver a meterla, en cuando el reflejo mostro aquello pudo sentir el bulto extraño en el bolsillo.

- ¿Qué vez? – le grito el profesor

- Me veo ganando la copa de la casa, Dumbledore está estrechando mi mano

- Mentira – susurro la voz siniestra.

Quirrell lo empujo y le grito

- ¡DIME QUE VEZ! –

Harry se sentía espantado, no tenía la fuerza para enfrentarse a un profesor, solo esperaba ganar algo de tiempo por si su profesor o Dumbledore llegaban, ahora que tenía la piedra en el bolsillo consideraba como huir.

- Déjame hablar con él – se escuchó la voz.

Quirrell se quitó el turbante que rodeaba su cabeza, giro hacia Harry y donde se supone debía encontrarse la nuca de Quirrell estaba otra cara.

Solo que esta era pálida, con ojos estrechos y la nariz tan aplastada que se parecia mas a un reptil que a una persona.

Era Voldemort, todo el cuerpo de Harry tembló sin control y comenzaron a darle nauseas, quiso salir corriendo pero las piernas no le respondieron.

Lo que sea que podía ser esa cara comenzó a hablar, le insto a unirse a él, que el poder lo era todo, que el poder era lo único importante en el mundo, justicia, valor, no importaban en absoluto.

- Tu madre sacrifico su vida por ti muchacho – dijo con esa desagradable voz sibilante – únete a mí y no se habrá sacrificado en vano.

- ¡NUNCA! – grito Harry y trato de retroceder.

- ¡MATALO! –

Quirrell se abalanzó sobre el sosteniéndolo del cuello tratando de estrangularlo, el contacto comenzó a quemarle la piel y termino soltándolo, la voz de Voldemort gritaba una y otra vez "MATALO, MATALO" pero cada vez que Quirrell lo tocaba sus manos se llenaban de ampollas.

PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora