Padre

71. Resultados y compras

Draco se quedó junto a Sirius, Severus y su madre en Grimmauld place, en general se la pasaba en su dormitorio practicando sus transformaciones, su madre no sabía que había tomado la poción de animago, por lo que se aseguraba de que estaba bien aislado antes de transformarse.

Trataba de controlar a Loki, pero parecía que el escarbato solo sabía escuchar a Harry, a menos que tuviera alguna cosa brillante en la mano la pequeña criatura a penas lo miraba.

También trataba en lo posible de evitar a Kreacher, se sentía enfadado con el elfo, sabía que no era su culpa, pero si el elfo hubiera dicho que Sirius estaba a salvo podrían haber evitado todo lo que paso.

Pero a pesar de sus intentos, el elfo estaba realmente encantado con la idea de servir a un Black, por lo que se mostraba muy solicito con todas las ordenes de su madre y cuando lo veía pasar por el pasillo se aparecía para realizar una profunda reverencia.

A solo un mes de comenzar las vacaciones, tres semanas desde el funeral de Harry, el profesor Snape salió a una misión urgente y se ausento tres días sin noticias. Sirius pasó ese tiempo abatido.

Draco podía entenderlo, recibían el profeta todos los días y en allí solo venían noticias demasiado desalentadoras, ataque a muggles... a magos, y recientemente la muerte de varios funcionarios del ministerio, y lastimosamente ningún progreso en las investigaciones o arresto de los responsables.

También se anunció el relevo de Fudge como ministro de magia y se nombró al anterior jefe del escuadrón de aurores Rufus Scrimgeour. Lo cual pareció una decisión acertada, considerando que ahora se necesitaba a un líder con un temple estable y decisiones más extremas.

Tras la vuelta del profesor Snape a Grimmauld place, le anunciaron o más bien pidieron a Draco que fuera a pasar el resto del verano en la madriguera, hogar de los Weasley.

- ¿pretenden que mi hijo se quede en semejante cuchitril? – exclamo Narcisa con un rostro entre pálido y azul.

- Está bien – acepto Draco sin escuchar la opinión de su madre, pero también pregunto – que pasara con ustedes.

- Severus se ocupara de asuntos urgentes, por encargo de Dumbledore – respondió Sirius – tu madre y yo permaneceremos en este lugar, por ahora es lo más seguro.

- ¿estarás bien quedándote aquí solo? – Draco no consideraba a su madre como una compañía para su tío, después de todo en todo el tiempo que llevaban aquí, a no ser que fuera un insulto esta no le dirigía la palabra.

- Estaré bien – aseguro – Severus y yo hemos encontrado maneras de suavizar mi condición.

- Me alegra escucharlo – respondió Draco dándose suaves palmadas en el pecho.

- Si no hay otro asunto – en ese momento se encontraban cenando – mañana partirás a la madriguera.

- Estupendo

Draco, Sirius y Severus, ignoraron oportunamente el gemido de protesta de Narcisa y se levantaron de la mesa para volver a sus dormitorios.

Mientras Draco estaba allí empacando, lo cual en cierta manera le resulto doloroso, pues no podía cargar con dos baúles, por lo que acomodo las cosas de Harry en uno solo de los compartimentos y comenzó a usar el otro, escucho golpes en la puerta.

Draco imagino que sería su madre, que venía a exigirle que desistiera de su decisión de ir a un lugar tan poco digno como la casa de los Weasley.

Entonces suspiro resignado, Draco amaba a su madre y a pesar de todo, amaba a su padre. No podía compartir sus ideales, pero eso no haría que el cariño que les tenía se esfumara. Se preparó mentalmente para soportar un par de horas de regaño, lo que de todas formas no lo persuadiría de irse, estar en esta casa era deprimente, imagino que rodeado de sus amigos se sentiría más a gusto y su melancolía por Harry seria menos.