38. La marca tenebrosa

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Seguir el consejo del señor Weasley fue lo más sabio. En cuando abandonaron el estadio comenzaron a estallar fuegos artificiales por todas partes.

Los irlandeses tenían unas ganas locas de celebrar su victoria y no parecían tener ningún deseo de contenerse. Aun sabiendo que podrían haber muggles que los vieran.

Fred, George y Ron no paraban de saltar de un lado a otro, con el ánimo en los cielos, las apuestas habían estado diez a uno; ahora tenían una gran cantidad de galeones.

Fue quizás para las una de la madrugada que el señor Weasley les ordeno dormir de una vez. Solo que no durmieron mucho, Harry no sabía con exactitud la hora, pero el señor Weasley ingreso en su tienda nuevamente y les ordenó levantarse.

- Nos atacan – dijo con un tono de pánico y rostro pálido.

Los obligo a todos a salir de la cama aun con pijama y con los primeros calzados que encontraron. Charley, Bill y Percy se ofrecieron a ayudar mientras el señor Weasley mandaba a Harry, Ron, Neville, Fred, George y Ginny hacia el bosque cercano.

- Chicos – el señor Weasley le hablo a los gemelos – Ginny es su responsabilidad, no la pierdan de vista.

Antes de salir del lugar Harry se revisó los bolsillos, no podía simplemente salir desarmado, para su sorpresa no tenía su varita.

- Mi varita – dijo tratando de volver hacia la tienda.

- No hay tiempo – apremio el señor Weasley – déjala, vayan a refugiarse, búscala al volver.

Harry se sintió casi desnudo andando por allí sin varita.

- Aquí – Neville le tendió la mano y lo obligo a caminar entre Ron y el – te cuidaremos.

- Si – confirmo Ron – vámonos.

Salieron hacia el bosque junto al resto de personas. Cuando llegaron a la orilla se detuvieron.

Desde la distancia podían distinguir a un grupo de personas encapuchadas que levitaban a tres personas en el aire dándoles vueltas. Harry los reconoció como los muggles dueños del área de acampada.

- ¿Quiénes son esos? – pregunto Neville con voz temblorosa.

- No lo sé – fue Ron quien le respondió – traen mascaras.

- Harry – escucharon a su lateral, era Draco quien los llamaba.

Se apresuraron a su encuentro, mientras el rubio veía a sus amigos y sostenía a Harry para revisar que todo el siguiera entero.

- Debemos adentrarnos un poco más – les dijo – iluminemos e ingresemos unos metros mas dentro del bosque.

- Está bien – fue Ron quien contesto y se dio la vuelta para hablar con sus hermanos, pero ya no estaban allí

- Debieron seguir adelante – apresuro Neville – será mejor que también nos adentremos más, si no los encontramos seguro volverán a la tienda en cuanto todo se calme.

Ron acepto esa explicación y se adentraron los cuatro en el bosque. Ron, Draco y Neville sacaron sus varitas e iluminaron con un lumus.

- ¿Dónde está tu varita? – pregunto Draco a Harry.

- Creo que se quedó en la tienda – le respondió – no la encontré cuando nos hicieron salir.

- Vamos – Draco le tendió la mano a Harry – tu detrás de mí, Neville, Ron – les llamo – camines detrás de Harry.

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