78. El secreto de Kreacher

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Draco no se quedó con los demás a la fiesta, en cuanto termino su última clase tomo una chimenea directo a Grimmauld place.

Su madre no se lo esperaba, los trenes debían partir mañana, y Draco no debería llegar hasta la noche siguiente.

Draco no se molestó en explicarle la razón de su llegada, podía imaginar lo que pasaría cuando su madre se enterara que se había quedado sin un galeón.

La saludo y le dijo que tenía un pendiente que atender, por parte de la orden del fénix y por eso había llegado un día antes.

Su madre trato de cuestionarlo, "¿Cómo es que la orden trata de darle misiones a un menor de edad?". Pero Draco le restó importancia y simplemente le dio un beso en la mejilla y se sentó a cenar.

Al día siguiente tenía un asunto importante que atender. Y por lo que entendía, no debía ser muy complicado.

Según Sirius, el ministerio parecía muy entusiasmado con colaborar con la orden para recaudar algo más de presupuesto para la futura guerra.

Pero no pudo ir a la cama temprano, su madre lo tuvo hasta altas horas de la noche en la sala de té, obligándolo a escuchar todas sus quejas con respecto a la casa y como la trataban.

Lo que Draco entendió de toda esa plática fue que solo tenía un elfo para servirla y ya no podía salir a realizar sus compras o tener reuniones sociales con su grupo de amigas.

Trato de ser lo más paciente posible con las quejas de su madre, aunque todas fueran irrelevantes.

Sabía que su madre lo amaba mucho, y probablemente estaría dispuesta a dar su vida por él, pero siempre fue una persona muy superficial.

Draco termino de escuchar las quejas casi a la una de la mañana y le dijo a su madre que era hora de dormir, por lo que la despidió en su habitación con un beso en la mejilla.

Draco subió a su propio dormitorio y abrió su baúl, había dejado cerrado el compartimiento del escarbato, se lo entrego a Hagrid para que lo cuidara en su lugar durante el periodo académico.

No podía controlar a Loki, no parecía que quisiera escuchar a otro que no fuera Harry, y podía notar que toda la vivacidad y animo se le había casi escapado, ya no parecía tener tantas ansias de apoderarse de todo lo reluciente que encontrara.

Cerro el compartimiento y abrió el de la ropa, saco un pijama y preparo su túnica para presentarse en el ministerio el día siguiente, Sirius dijo que lo despertaría muy temprano, por lo que en cuanto le aseo se fue a la cama.

...

El día de la audiencia finalmente llego y Sirius lo despertó bastante temprano, aunque por el aspecto que traía, tampoco parecía con mucho ánimo de levantarse.

Se vistió rápidamente y tomo su desayuno antes de que su madre bajara, lo mejor sería evitarla hasta que este asunto estuviera completamente resuelto, de lo contrario podría tratar de hacer algo para impedirlo.

Cuando llegaron al ministerio Sirius lo dirigió directamente al departamento de Regulación y Control a Menores.

- Señor Black – saludo el hombrecillo vestido con una túnica negra y algo raída – veo que ha traído a su sobrino para realizar los papeles.

- Si – Sirius insto a Draco a sentarse frente al escritorio del hombre – esperamos poder acabar con este asunto el día de hoy, y poder pasar unas buenas navidades.

- Pues no hay que perder el tiempo – saco un par de viales de pociones y se los ofreció a Draco.

Uno era un antídoto y el otro veritaserum, le pidió a Draco que tomara el vial de veritaserul mientras él le aplicaba un par de hechizos de seguridad.

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