Padre

64. Nuevos merodeadores

El cerebro de Harry funciono a mil por segundo cuando finalmente supo que hacer. Corrió a su propio dormitorio donde estaba el retrato del ex director Phineas.

- Señor Nigellus – hablo desesperado.

Pero el retrato estaba vacío, debía estar en algún otro retrato, pero según sabia aun debería poder oírlo.

- Por favor señor Nigellus – suplico – por favor... necesito ayuda.

Su voz comenzaba a quebrarse, no sabía que más hacer, no podía mandar una lechuza ni comunicarse por la red flu, ¿Qué más podía hacer?

- ¿no eres demasiado mayor para llorar? – finalmente se escuchó la voz de Nigellus.

- Señor Nigellus – hablo con voz ronca y suplicante – por favor... solo por esta vez, puede ir al colegio y pedirle al director Dumbledore que se comunique con el profesor Snape, dígale que algo ha ocurrido con Canuto.

- Yo no soy un mens....

- Por favor... - suplico – solo esta vez, no lo pediré otra vez... por favor.

Nigellus lo miro por varios segundos antes de desaparecer del cuadro.

Harry no sabía si había cumplido con su petición, pero no tenía otra manera... entonces solo le quedo volver al dormitorio de su padrino, si no llegaba su padre solo podía hacer algo él.

Se preparó mentalmente para ser expulsado del colegio, para enfrentar a la orden por revelar la identidad de la guarida... muchas ideas volaron por su mente antes de que un plop se escuchara tras él y las ropas negras de su padre aparecieran de la nada.

- ¿hace cuánto comenzó? – por la pregunta, era obvio que no era la primera vez que pasaba.

- Aproximadamente veinte minutos

- ¿ha lastimado a alguien?

- No

- ¿Cómo comenzó?

- Fuimos a la guarida de Kreacher y vio una foto de su hermano, lo traje de vuelta al dormitorio cuando estaba ensimismado... comenzó a llamarme James y a disculparse conmigo... luego comenzó a lanzar hechizos, salí entonces del dormitorio y te busque.

- Está bien – acaricio suavemente su cabeza – todo estará bien, baja con los demás, el bajara para la cena.

- Pero...

- Estará bien – aseguro su padre, le dio un suave abrazo – sé que no es pertinente pero... feliz navidad hijo.

Harry se apretó en los brazos de su padre por unos segundos y luego se soltó para permitirle entrar al dormitorio.

...

Cuando Harry bajo de vuelta a la cocina los Weasley le dijeron que irían a San Mungo a visitar al señor Weasley, Harry se sentía preocupado por el estado de Sirius, pero dejo en manos de su padre el asunto, el sabría resolverlo.

Entonces acompaño a todos a San Mungo, allí se encontraron con que el señor Weasley aún estaba sangrando, pero se veía saludable.

Todos los Weasley hablaron muy animadamente, Harry se sintió un poco fuera de lugar, por lo que se excusó de ir por algo a la cafetería y salió.

Ron fue tras el preocupado por su estado.

- Sé que estás pensando en algo hermano – Ron lo miro con seriedad – y sea lo que sea... no parece algo bueno.